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Pocas veces se da la situación de vivir un año bisagra en el que una leyenda se retira. Son contados con los dedos de una mano los privilegiados. Este año, la NBA lo sufrirá por partida doble. Primero fue Kobe Bryant y luego Tim Duncan. Lo de Bryant se sabía desde que empezó la 2015/16. Lo de Duncan, recién en julio, hace nada.

Y en San Antonio todavía están tratando de digerir lo que será la era post TD. Gregg Popovich se ha mostrado como uno de los más afectados, y habló del tema con Buck Harvey, columnista del periódico Express News. "Tengo un agujero en las tripas", fue la definición más cruda del coach.

"Mantenemos nuestra forma de hacer las cosas. La misma filosofía. Solo sé lo que sé. Tendremos que sostenernos con nuestra defensa. Lo único que ocurrió es que no tendremos más al mejor ala pivote de la historia con nosotros". 

Es curioso lo que ocurre con Duncan. O no. Se presenta de vez en cuando en el gimnasio donde el equipo hace la pretemporada. Sabe que él decidirá lo que quiere hacer. Dice Pop: "Si quiere ir a un viaje de scout, bien. Si quiere tener su lugar en el campus de entrenamiento, lo tiene. El puede decirme exactamente lo que quiere hacer, pero no voy a pagarle un centavo". 

Más allá de la broma, es un rumor a voces que es probable que Duncan termine siendo parte del staff de los Spurs. ¿Dónde? No está claro. No como entrenador, pero quizá enfocado en la detección de talentos, algo que siempre le intrigó cómo manejan Popovich y RC Buford. 

Duncan podrá en este verano dejar de preocuparse por su físico porque no tendrá que jugar. Y los Spurs necesitarán otros líderes que reemplacen a Tim. Gasol vendrá a ocupar parte del trabajo que hacía Duncan, con algunas cualidades similares. "Como entrenador tienes que trabajar con lo que hay, y yo estoy muy entusiasmado con lo que tenemos", agrega Popovich.