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Cada vez, con cada partido, se torna más negro el presente de los Nets de Brooklyn. La de ayer era, si se lo quiere llamar así, una derrota previsible, ya que enfrentaban a los Cavaliers de LeBron y compañía, el mejor equipo del Este. Sin embargo, lo preocupante es que ya es la quinta caída consecutiva y que ayuda a engrosar un récord negativo de 8-27, con el que el equipo de Scola se ubica cómodamente en la última posición del Este. La otra mala noticia radica en que Luifa tampoco jugó en este partido, así como tampoco lo hizo Jeremy Lin -pero en este caso por lesión-.

Durante el primer cuarto parecía que el maleficio de los Nets podría romperse, ya que estuvo al frente durante casi todo el período y lo concluyó 24-20 abajo. Perdían, pero estaba en juego. Sin embargo, a partir de ese momento fue todo de los Cavs. La franquicia de Ohio basó su ataque en sus dos máximas figuras: entre Lebron James y Kyrie Irving anotaron 68 puntos y repartieron diez asistencias. El Rey fue la figura del partido, como consecuencia de sus 36 puntos, nueve rebotes y seis asistencias.

Una racha de 16-1 -en la que LeBron anotó ocho tantos- al final del segundo cuarto le permitió a los Cavs establecer una brecha de 50-36. No obstante, la diferencia máxima entre los dos equipos fue de 24 puntos y se produjo cuando promediaba el tercer cuarto. A partir de allí hubo una reacción de los Nets, fudamentada en una gran actuación del rookie Caris LeVert: 19 puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias en 27 minutos de juego. En los minutos finales, la jerarquía del campeón pesó más y pudieron frenar la remontada rival para llevarse la victoria por un marcador 116-108.

El domingo 9 de enero, Brooklyn volverá a jugar en casa. Está vez el rival será Phlidelphia 76ers, un equipo con una actualidad mucho más asemejable a la del equipo de Luis Scola. Será el duelo de colistas en la Conferencia Este. Mientras tanto, Cleveland continuará el mismo día su gira, pero esta vez para enfrentar a Phoenix Suns.