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Ganar un campeonato de la NBA es una empresa bastante complicada. Tanto que, hasta el momento, son once las franquicias que todavía no han podido escribir su nombre en el listado de campeones. La dificultad aumenta cuando se habla de enlanzar dos títulos consecutivos. Apenas siete instituciones han sido capaces de lograrlo. Y, por muchos que se agreguen en el futuro, fueron los Minneapolis Lakers quienes inauguraron ese selecto club.

Hace exactamente setenta años, el equipo liderado por el legendario pivote George Mikan venció en las Finales a los Syracuse Nationals. Y, al haber triunfado en la edición del curso anterior, cuando la liga era conocida como la BAA, se convirtieron en los primeros bicampeones de la competencia.

En esos tiempos, el formato del torneo era muy diferente al actual. Existían tres divisiones y los cuatro mejores récords de cada una de ellas avanzaban a la postemporada. Pero eso no era lo más confuso: no todos los conjuntos jugaban la misma cantidad de partidos en la temporada. Además, luego de disputarse una final para cada zona, el ganador con el mejor ranking pasaba directo a la serie decisiva, mientras que los otros dos se cruzaban en unas semifinales.

Para levantar el trofeo, los Lakers debieron disputar 68 encuentros en la campaña, enfrentarse en un desempate con los Rochester Royals para definir al líder de la división y atravesar cuatro series de playoffs. Por otro lado, la grilla de los Nationals fue de 64 cotejos y les bastó con tres eliminatorias para alcanzar las Finales. Sin embargo, cayeron en seis juegos ante la que muchos consideran la primera dinastía en la historia de la NBA.