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Javier Martínez lo entregó todo a lo largo del camino que recorrió como basquetbolista profesional. El cierre de su carrera estuvo a la altura de su trayectoria y se despidió con un título con la camiseta de Olimpia Kings. Con las pulsaciones más tranquilas, charló con Básquet Plus sobre todos estos años en el profesionalismo, analizó la actualidad del básquet paraguayo y también compartió su punto de vista sobre la Liga Nacional.

-Pasaron algunas horas desde que terminó tu último partido profesional. ¿Qué sentimientos tenés ahora?
. Las sensación es de tranquilidad. Se que dejé absolutamente todo para hacer el bien común, para poder aportar lo mío en todos los equipos en los que estuve, en el día, en cualquier cosa que pueda sumar. La verdad que estoy contento, feliz, lleno y tranquilo de haber dejado todo. Me voy vacío de energía porque dejé absolutamente todo y esa es la mayor tranquilidad que tengo. No quiero pensar de que solo sirve haberse retirado o que todos tienen la posibilidad de retirarse habiendo ganado el último partido o habiendo salido campeón, pero si me quedo con la tranquilidad de haber dejado todo y seguramente sea duradera.

-¿Qué te llevás de tu larga carrera profesional?
. Muchísimas cosas. Desde chico tenía bien direccionado que quería ser profesional. Cuando empecé a jugar en primera y en selección, y veía la posibilidad de jugar Liga Sudamericana, Sudamericano de Clubes y me empezó a ir en mis clubes a nivel local, empecé a pensar un poquitito más en jugar a nivel profesional y fue así que tuve la suerte de jugar 15 años en el exterior. La disciplina, las ganas, la pasión de querer conseguir algo, dado que en mi país no era profesional el básquet y tener que buscar eso era doblegar el esfuerzo. No tenía a mano ni la competencia ni la geografía para desarrollarme. Tampoco tantos entrenadores que puedan dejarme cosas por encima de mi techo. La disciplina y los hábitos forjaron el jugador que terminé siendo. Nunca estuve conforme, siempre busqué mejorar todos los días. Más allá de lo personal o deportivo, donde vos encontrás buenos compañeros, buena gente, buenos dirigentes, hay cosas colaterales que te llevan a mejorar lo personal. Te hace una mejor persona, te forja carácter y disciplina. Eso hizo el básquet en mí.

-¿Cómo encontrás el básquetbol paraguayo hoy?
. En estos momentos uno habla muy bien del básquet paraguayo. Tuvimos la suerte de que en femenino también se jugaron grandes finales, a estadio lleno, cosa que prácticamente nunca ocurrió. El marco de las finales masculinas fue algo increíble. Hubo un nivel y una paridad muy linda, capaz que no fue tácticamente o técnicamente muy prolijo, pero sí a nivel emotivo. Hasta San José, que salió segundo, se fue satisfecho de haber dejado todo. Cuando suceden estas cosas uno ve un futuro lindo y positivo. Pero voy a seguir sosteniendo que si no tenemos Liga Nacional va a ser efímero. Este campeonato, el haber salido campeón, seguramente se va a ir diluyendo en la semana y ya se estará pensando en el siguiente torneo. Es así lo que puede pasar con nuestro básquet. Hubo una promesa de parte de la Confederación de que este segundo semestre se iba a jugar una Liga Nacional de 8 equipos, 4 del interior y 4 de la capital, y esperemos que se cumpla. Si no salimos en el interior a competir, nuestra competencia interna seguirá en el mismo lugar y así es muy difícil que podamos avanzar.

-¿Seguís viendo la Liga Nacional? ¿Qué me podés contar de su actualidad?
. Cada vez veo un poco menos, la realidad es que sigo poco por redes sociales. Algún que otro partido estelar o que sale por televisión, si lo sigo. Obviamente sigo a Regatas, sigo manteniendo buena relación con Paolo (Quinteros) entonces hablamos o miro algún partido por streaming, pero la verdad es que no me da tampoco el tiempo para seguir tanto. En su actualidad, obviamente que lo que le pasa al país económicamente puede llegar a afectarla, aunque vimos unas finales que fueron espectaculares. El sexto partido que se jugó en Instituto, creo que pocas veces vi una final con tanta calidad de ejecución, concentración y acierto. El séptimo también estuvo para cualquiera, la serie en sí fue muy buena.

Pero hablar de la actualidad de la Liga y centrarme solamente en las finales sería cometer un error. La problemática es la misma que ven todos, demasiada cantidad de partidos. Le quita intensidad al plantel, San Lorenzo y muchos otros tuvieron demasiados problemas físicos teniendo planteles largos. Eso te da la pauta, más allá de la forma de jugar de uno u otro entrenador, tengas o no un plantel largo se hace imposible mantener un buen nivel. Todos saben la cantidad de kilómetros que tenés que hacer en micro, las infraestructuras que hay, aunque están mucho mejor que años anteriores. La realidad, entre comillas, es que no le da el cuero a ningún plantel para mantener un nivel superlativo o constante durante una temporada teniendo este fixture. Me parece ilógico llegar a julio y estar jugando los últimos partidos

-Ahora que le pusiste punto final a tu carrera, ¿qué ideas tenés para tu futuro?
. Hace un año y medio que estoy como Director Deportivo de Minibásquet hasta la U13 en el club Olimpia. También estoy inmiscuyéndome de a poco, este año trajimos a un entrenador argentino Juan Krogslund, que está coordinando las inferiores. En Primera División, en la semana me sentaré a hablar con los dirigentes, ya hace 8 o 9 meses me ofrecieron la posibilidad de elegir entre jugar un semestre más (este que terminó) o dirigir, y les respondí que no me sentía todavía listo. Veremos cuál es su intención, seguro que si no dirijo Primera División estaré inmiscuido en el cuerpo técnico. No quiero pensar mucho en eso, pero doy por seguro que seguiré ligado al club por algunos años más. Tengo esa tranquilidad de que después de jugar ya tenés un trabajo o en qué pensar. Eso hizo que pueda disfrutar estas finales, las viví con otro gusto.

Iván G. Furman / [email protected]
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