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En Estados Unidos aman este tipo de historias. Por un lado, un candidato a la presidencia por el partido republicano, como Donald Trump, excéntrico, verborrágico y, normalmente, imprudente y extremista en sus declaraciones. Mal no le ha ido y puede ser el próximo mandamás del país más importante del mundo.

Por el otro lado, Mark Cuban, el multimillonario dueño de Dallas Mavericks. También excéntrico, también verborrágico, también imprudente, aunque un poco menos extremista que Trump, más allá de que a veces se le sale mal la cadena.

Ahora, Cuban tomó la posta y, a través de su Twitter personal, tiró el desafío. Publicó: Trump, 10 millones de dólares a una entidad de caridad de su elección si me deja entrevistarlo durante 4 horas sobre la sustancia de sus políticas. Y en otro tuit agregó: Y nadie más en la charla. Usted, yo y la producción de TV. ¿Trato?

.1) @realDonaldTrump $10mm to the charity of YOUR choice if you let ME interview you for 4 hrs on YOUR policies and their substance.

— Mark Cuban (@mcuban) 16 de septiembre de 2016

Luego agregó un par de requisitos más, y también algunas concesiones. Le dijo que no podía nombrar a los Clinton, solo comentar sus políticas. Y le dio la opción de darle el cheque por los 10 millones antes de comenzar la charla, con la posibilidad de que se lo quede y no lo use con una entidad de caridad.

 

3) @realDonaldTrump and no one else is in the room to help. Just me, you and a broadcast crew.

Deal ?

 

— Mark Cuban (@mcuban) 16 de septiembre de 2016

4)@realDonaldTrump I'll add an option.If you need it, I'll write you the check and you can keep the money rather than give it to charity

 

— Mark Cuban (@mcuban) 16 de septiembre de 2016

Cuban cerró su catarata de tuits con una frase provocadora. "Le digo sus propias palabras inmortales, ¿qué tiene para perder?". Por ahora, Cuban no obtuvo respuesta directa del equipo de Trump, pero sí un comentario de Donald acerca de Cuban en una entrevista que le hizo Fox News. 

"Conozco a Mark. El problema con él es que no es lo suficientemente inteligente como para entender lo que nosotros queremos hacer. Me tuitea todo el tiempo. Lo conozco hace mucho, pero no es inteligente para entenderme".