Gracias Manu

Manu Ginóbili habló en La Nación: “Me llenó de orgullo que mis compañeros de la selección fueran reconocidos”

11:52 03/04/2019 | El 20 de los Spurs, a días del gran homenaje en San Antonio, charló con La Nación sobre cómo vivió la ceremonia, cómo preparó el discurso y lo que se viene en su vida.

Nocioni, Scola, Prigioni, Oberto, Montecchia, Sánchez, Fernández, Paenza y Ginóbili (izq a der) (foto: La Nación)

En una entrevista posterior al retiro de la camiseta número 20, Manu Ginóbili habló de todo con Diego Morini, de La Nación. A continuación, la nota completa: 

 

-Con esta ceremonia, de alguna manera también pareció que la franquicia buscó rendirles un homenaje a tus compañeros de la selección. ¿Lo sentiste así?

. Fue una manera de la franquicia de pensar y reconocer a mi otra mitad. Todo el mundo sabe que mi carrera no fue sólo San Antonio. Entonces, me parece que ellos sentían la necesidad de homenajear también a aquel equipo que formamos con los chicos que, en definitiva, son parte de mi otra carrera. Y además tienen un recontra respeto por todos. Es súper inusual que pase algo así. Me parece que tanto los chicos que estuvieron acá y los que lo siguieron desde lejos, advirtieron que ese respeto es real. No había absolutamente ninguna necesidad de hacer algo así y lo hablamos con Luifa [por Scola] después del evento. Incluso, decíamos que con el 5% de lo que hicieron hubiera estado más que bien. Y me llenó de orgullo que ellos también fueron reconocidos como parte de "mi fiesta".

-Después de tanto tiempo, ¿ahora sí podés darte cuenta de todo lo que te pasó?

. No, la verdad que no. No estoy seguro de que entienda y ser capaz de salir de esta burbuja y de esto que está pasando para entender todo lo vivido. Lo disfruto, entiendo y respeto todo el afecto. Pero lo que pasó el otro día es totalmente. ¡Es imposible de digerir todo junto! Supera todo lo imaginado. Lo disfrutás todo lo posible y tratás de que lo hagan también tus cercanos. En eso puse énfasis durante esta semana. Las chances de que yo la pasara bien eran remotas. Así que la idea era que la pasaran bien mis viejos, mis hermanos, mis amigos, todos los que vinieron. Los momentos más lindos fueron los almuerzos con los afectos, con los chicos de la selección, los de la secundaria. Pero en el instante de la ceremonia es algo que me pone incómodo. Entonces, no lo terminás de disfrutar. ¡Qué sé yo! Estuve infinitamente más cómodo antes y después de toda la ceremonia. Pero tengo que ser sincero: tener a 50 o 60 tipos que aprecio, que son cercanos y significativos, para mí fue invalorable.

-¿Ahora querés seguir aburriéndote o te empezaron ya a picar las inquietudes?

. Por ahora no me aburrí nada. Siempre estuve con cosas. En septiembre creo que fue cuando menos tuve que hacer, pero estuve tan feliz con mi tiempo que no me di cuenta de nada. Ahora quiero relajarme y volver a andar en bici por las mañanas, jugar al tenis, llevar a los chicos a la escuela. Después de estas dos semanas de locuras viene bien. Desde que anuncié el retiro la pasé genial.

-Es una constante querer saber qué vas a hacer después...

. Me lo preguntan cada día. Y respondo que quiero hacer las cosas en el momento que aparezcan. Llegó la semana de primavera acá y nos fuimos con los chicos a hacer un viaje de 5 o 6 días. Tengo esa libertad que no tuve antes en mi vida. Si la tenía, estaba pensando en cuidarme o en no hacer esfuerzos. Bueno, ahora estuve un par de días tirado en la playa, sin pensar nada más que en eso. No digo que fui un esclavo del básquet, porque tuve tiempo y la pasé genial, pero tener la cabeza liberada para hacer lo que quiero o cuando quiero, es genial. Por ahora es impagable lo que estoy viviendo. Tengo un par de amigos que me dicen que el primer tiempo es así y que después te pican las inquietudes. Mientras tanto, lo aprovecho.

-¿Se te dio por estudiar algo?

. Tengo curiosidades, leo mucho, me informo, hablo con gente.

-¿Vinculado a qué rubro?

. Lo que sea. Lo que me pinte. Tecnología me da curiosidad, ya estuve en contacto con gente de California, pero nada serio. No quiero ni tengo ganas de comprometerme con nada. ¿Para qué? Si quiero aprender algo, investigo. Pero por el momento no me quiero obligar a ir a clases de nada.

-Y estar acá, en el entrenamiento de los Spurs, ¿no te motiva a nada?

. No tiré ni un tiro. No me nace nada. Me gusta venir, verlos, charlar con todos, porque tengo la mejor onda con los managers, con el staff de Pop, con mis excompañeros. Tomo un café con ellos, me divierto y me vuelvo a casa. Es una situación idílica, es un sueño.

- El mas chico, Luca, que cumplirá cinco años en abril, estaba sentado a su izquierda mientras los distintos expositores hablaban de la carrera de Manu. ¿Qué te decía Luca mientras estaban en la ceremonia?

. Cualquier cosa me decía. Estaba hablando Pop y me decía "mirale los pelos a Tim [Duncan]", viste que ahora tiene como unas rastas. Y después me preguntaba: "¿Y tu camiseta, papá? Están todas menos la tuya". Entonces trataba de explicarle, pero me estaba hablando Fabri. Me acuerdo puntual que durante lo que me decía Pop y lo que me decía Fabri [Oberto], que Luqui no paraba de preguntarme cosas. Estaba tratando de escucharlos y él me hablaba. Le hacía señas, con mucho disimulo, que hiciera silencio, pero. jajajajaja. Lo del pelo de Tim fue memorable. La verdad que lo de Luqui. '¿Cuál es tu camiseta?' Y le tenía que decir que estaba junto a la 21, pero él no sabe hasta ése número, entonces le tenía que explicar que era al lado de la que dice 2 y 1. Fue muy divertido todo ese momento.

-¿Y los mellizos?

. ´Papá, ¿por qué hablaste tanto?', me decía Nico. Él quería que yo dijeses gracias a todos y buenas noches. Dante es más introvertido, no opinó mucho. Pero se distrajeron bastante, en casi 45 minutos de acto, la atención de ellos fue y vino mil veces. Ojo, después me enteré de que en el camino de vuelta a casa les explicaron a mis viejos lo que había dicho Tim, por ejemplo, así que algo escucharon. Pero claro, a los 8 años es muy difícil que puedan tomar idea de todo. Pero estuvo muy bueno que estén sentados adelante conmigo.

-¿Te ayudó un poco para no quebrarte tanto?

. En realidad nada me podía ayudar en esa situación, pero estaba tratando de escuchar y mantenerlo quieto al mismo tiempo. No sabía qué hacer con el pequeño... Los otros dos estaban aburridos (por Dante y Nicola), pero estaban. Pero el más chico es más inquieto.

-Si bien comentaste varias veces que te dijiste todo en la cara con Pop y también que es tu padre deportivo, ¿qué te pasó cuando te habló, porque se te vio particularmente conmovido?

. Cuando ves a alguien que querés que está a punto de quebrarse, también te conmovés. Eso fue lo que me pasó de alguna manera con Pop. Entré bastante convencido de mi discurso, porque ya lo había practicado y...

-¿¡Te tomáste el trabajo de practicarlo al discurso!?

. Obviamente, porque no iba a haber forma de decirlo. Pero cuando agarré el micrófono y vi a Many así (se tapa la cara como lo hacía su mujer aquella noche), me dije, bueno, arrancamos mal. Si hubieran estado mis viejos en primera fila hubiera sido peor. El no tener contacto visual me ayudaba. Y como justo nos miramos con Pop y él se quebró, eso me conmovió. Pero con Pop nos dijimos todo lo necesario en diferentes momentos. Entonces, poco nos puede sorprender lo que uno significa para el otro. Pero verlo emocionado, lógicamente que golpea.

-Más allá de la emoción, tener a Many cerca, para todo lo que fue la ceremonia, ¿te hizo las cosas más sencillas?

. Entiendo que todo lo que pasó no fue un reconocimiento exclusivo a la 20 sino a mi familia. Las razones por las que llegaste a ese entorno y a esa situación es por una cuestión familiar. Yo quería que estuvieran ahí, ella y los chicos. Quizá me hubiera gustado que mis viejos estuvieran ahí, también, pero igual lo vivieron 10 metros más atrás. Pero sin duda que Many tenía que estar en ese lugar, me encantó que así sea, por más que ella estaba más incómoda que yo.

-Te paraste delante y viste la 20 colgada del techo, ¿fue sentir ahora sí está todo hecho?

. Nunca fue mi prioridad ver mi camiseta colgada ahí. No esperaba ese día con ansias. Incluso, no quería que se hiciera, al menos por ahora. Me fui convenciendo de a poco, entendí que debía ser así y pensé que si había que vivirlo quería hacerlo con mi gente. Quería que sea algo no individual, sino un agradecimiento al apoyo de tantos años.

-Pero Manu, de alguna manera también darle marco a algo increíble que viviste.

. Cuando estaba armando el discurso pensaba en preparar un par de chistes para poder relajarme. Pero después empecé a pensar que no había tenido la oportunidad de decirle chau a nadie. No hubo anuncio, no hubo conferencia de prensa. No hice nada, entonces, fue como que me habían quedado cosas por decir y agradecer. Por eso se hizo más largo y serio, porque además posiblemente ésa iba a ser la última oportunidad que iba a tener para decirle a todos lo que sentía.

-¿Pudiste dimensionar que el lema de tu despedida fue "Gracias Manu"?

. No me gusta tomarlo así. El retiro de camiseta, en cierta forma, tiene una idea: agradecerte lo que hiciste por una franquicia. Así que imaginaba que algo así podía pasar cuando ganamos 3 campeonatos casi seguidos. Pensaba, 'si no me mando una macana grande', eventualmente va a pasar. Así que de alguna forma sabía que podían hacerme una ceremonia, lo que me sobrepasó fue todo lo otro: mis amigos, los chicos de la selección, las palabras que me dedicaron gente que admiro y respeto. Fue increíble todo.

-No te dobla casi nada, ¿por qué emocionaste tanto cuando les hablaste a los chicos de la selección?

. Cuando estaba escribiendo me quebraba con cada grupo al que le dediqué algunas palabras.

-Lo recordás ahora y te sigue conmoviendo.

. Sí, tal cual. Lo había practicado, pero el discurso de mi mujer lo dije 15 veces frente al espejo, pero lo de los chicos de la selección lo dije 3. Lo de Many lo hice mucho porque había cosas que quería y necesitaba decirle, por lo tanto, no me quería olvidar. Y no me olvidé nada. Pero de compañeros de equipo y de selección me olvidé de dos o tres y me quiero matar. Lo que pasa es que de mi mujer y de mis viejos no quería olvidarme de nada. Y lo bueno es que no vi a los chicos de la selección a los ojos cuando hablaba, porque si había alguno moqueando, caía yo también. Si hubiera visto a los ojos también a Patty (Mills), Bobo (Diaw) y Tiago (Splitter), seguro me quebraba también. Me conmovía cuando escribía, la práctica me ayudó a decir algunas cosas. Si apelaba a ser natural y que todo fluya, no hubiera podido decir ni una palabra.

-Planificás cada instante y eso es sabido, pero siempre pasan cosas a tu alrededor que superan cualquier expectativa. Si te vuelvo a preguntar, si lo hubieras imaginado todo de esta manera, ¿qué dirías?

. Que ni de casualidad. Es imposible. Me acuerdo que en el 96 volví a Bahía, me habló Gondrezick (Grant era compañero en Estudiantes) y fue el primero que me dijo que podía jugar en Estados Unidos y en la NBA. Me quería mucho el tipo y pensé que era más una motivación, yo lo tomé por ese lado. Me parece que el Zeta (Daniel Rodríguez fue su DT en Estudiantes) también me lo dijo. Después en el Mundial 98, me fui a acercando porque se hablaba que podía ser drafteado y llego a Reggio y ahí Brent Scott, que era un americano que jugaba conmigo, me lo decía. Entonces fue como que de a poco se fue plantando esa semillita. Pero eso no significa que podía pensar que después iba a venir todo esto. Ojo, fue algo gradual todo lo que pasó. No fue todo de golpe. Y soy muy cuidadoso con eso, ni siquiera recomiendo a un chico de 12 años soñar con la NBA. Porque las chances de frustrarte son mucho mayores. Soñá con la selección de la región o de donde estés. Lo mío fue gradual y cuidadoso.

-¿Hubo charla con Ettore Messina también?

. Abrazos y saludos. Con Ettore siempre hablamos mucho y nos dijimos todo. Sé que él también estaba emocionado y él sabe lo que significa para mí. Pero sin duda que Ettore fue quien me transformó en un jugador de equipo.

-¿Volviste a ver algo de todo lo que sucedió en la ceremonia?

. No vi absolutamente nada. No quise hacerlo. Vi mensajes de excompañeros y entrenadores en Twitter. No quise mirar lo que contaron en el entretiempo, no quise escuchar mucho, porque no quería flaquear antes y ahora.

-Comidas, celebración, planes con bowling y karting, ¿estos días fue como volver a la infancia en Bahía Blanca?

. Fue de rodearme de gente que quiero. Necesitaba que fuera así. Se iban a tomar una semana de sus laburos para estar acá, entonces con Many armamos actividades para estar todos juntos. Quizá ellos querían hacer compras, pero yo quería estar con ellos. A veces hasta me sentía culpable porque tenían otras cosas y yo les proponía hacer cosas. Pero fue la mejor excusa para estar con todos. Nadie me dijo que no y eso fue fantástico. Tuve una semana casi perfecta, porque tuve a toda mi gente conmigo. Es algo raro, porque nunca se había dado. Fue la culminación de algo que duró un montón de años y que quería celebrar con mi gente.

-¿Lo planificaron junto con Many todo lo que pasó después del retiro y hasta la ceremonia?

. Sí, lo hablamos y lo pensamos. Cuando hablé con el equipo, ellos querían hacer la ceremonia en el comienzo de la temporada, me dejaron la opción de elegir fecha y fue para estar tranquilo. Incluso, ahora sabemos que tenemos otras actividades, porque viene el cumple de Luqui, después el de los Melli, un amigo se casa en Hawaii y siempre surgen cosas familiares. Porque en unos meses vienen mis viejos y mis suegros a compartir unos días. Y todo lo disfruto, no tengo que ir de 9 a 5 a la oficina para sentirme ocupado.

-¿Guardaste alguna foto mental de la ceremonia y alguna digital que te gustó?

. El evento en particular es medio una nube, las fotos digitales me las mandan en estos días. Las imágenes mentales: el almuerzo con los chicos de la selección, la comida con mis compañeros de la secundaria, la cena con mis afectos y con la gente de Spurs después del evento. Todo lo que sucedió después del evento fue maravilloso, porque comimos, tomamos algo, hablamos de pavadas. Esa cena con toda mi gente fue "el" momento", lo de la camiseta fue una formalidad, no sé cómo explicarlo. Era como una responsabilidad, si bien era un enorme honor, era algo que me generaba tensión. El postceremonia, fue todo disfrute.

-La foto para todo el mundo fue tu discurso para Many.

. No tengo idea. De eso sí que no miré nada de repercusión. Simplemente sentía que debía decirle a Many todo lo mismo que le dije en la cara, pero delante de todo el mundo. Y valía la pena que se supiera. Por eso está el tema ese: "¿Qué querés ser cuando seas grande? Mujer de una atleta". Ese chiste lo escuché mil veces. Pero en mi caso mi mujer no aplica en lo más mínimo, porque ella me potenció enormemente y necesitaba que todo el mundo lo supiera.

 

No está preocupado hoy por dónde estará su futuro. Los mellizos Dante y Nicola, están en la primaria y Luca, comenzó la escuela. Esa particularidad le da la tranquilidad de no tener urgencias para elegir un país para instalarse. Incluso, en sus últimas vacaciones en la Argentina, se trajo los programas de estudio de sus hijos y fue el propio Manu Ginóbili quien ofició de profesor de sus hijos más grandes.

 

-¿Ya tenés decidido dónde vas a vivir en el futuro?
. Por ahora sigo así. Sé que dentro de 4 o 5 años deberá tomar una determinación, porque cuando los chicos sean preadolescentes ya tendré que establecerlos en algún lugar. Por ahora no llegan a 9 años, así que todavía tenemos tiempo. Voy y vengo. A la escuela van en San Antonio, pero los saqué tres meses para ir a la Argentina. Cuando terminen las clases nos vamos a pasear en el verano del Norte y a fines de agosto volveremos para el comienzo de clases. Mientras pueda hacer esta vida, la voy a hacer. Cuando tenga que tomar una decisión veremos si es Estados Unidos, Argentino, Italia. O lo que sea.

Sus próximas vacaciones podrían ser nuevamente en la playa, ya que es el destino que suelen elegir los Ginóbili para distenderse. Por el momento nada preocupa al bahiense que es posible que nuevamente esté por la Argentina cerca de fin de año para pasar las fiestas con su familia.

Fuente: 
La Nación

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