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Sobre pocos equipos se ha hablado más en esta pretemporada que de los Chicago Bulls. Es que claro, la franquicia de Illinois fue noticia por distinas situaciones, pasando por el traspaso de Derrick Rose a los Knicks, al fichaje de figuras experimentadas como Rajon Rondo y Dwyane Wade. Pero ¿cómo encajan todas esas piezas en el conjunto de Hoiberg?

Empecemos por el vaso medio lleno. Está claro que un perímetro con Rondo, Wade y Butler garantiza calidad, jerarquía y veteranía para afrontar la temporada. Los tres son capaces de crear con la pelota en sus manos (sobre todo Wade y Rondo) y cuando quieren, ser muy buenos jugadores defensivos. 

El problema, o los interrogantes, pasan por si pueden jugar juntos. En una liga tan volcada hacia el tiro de tres puntos, salir con dos externos sin un buen lanzamiento desde afuera (Rondo y Wade) y otro que es apenas promedio (Butler), no parece ser la mejor fórmula. Sobre todo, podría limitar la mayor virtud de Rondo, que es la descarga y la inventiva en sus pases. Si el base encuentra a compañeros abiertos, pero estos no son capaces de anotar con regularidad esos tiros, su valor baja considerablemente.

El otro inconveniente claro que tendrá Chicago es la falta de poste bajo. De hecho, podríamos decir que su escolta (Wade) es la mejor opción del equipo para esa situación, con internos como Mirotic, Lopez, Gibson y Portis que no se destacan en el juego de espaldas. En resumen: Chicago viene de terminar 23° en ofensiva durante la 2015/16 y aunque en los papeles las llegadas de Rondo y Wade podrían ayudarlos, la realidad puede llegar a ser distinta.

La buena noticia para los de Hoiberg, es que lo que le falta al quinteto inicial, da la sensación de que puede llegar a aportarlo la banca. Allí tienen buenos tiradores como Snell, McDermott y Portis, un ala pivote que siempre es candidato a mejor sexto hombre (Gibson) y un novato como Valentine, con muchísima versatilidad ofensiva, para penetrar, lanzar y asistir. Más que nunca, los Bulls van a precisar del empuje de la segunda unidad para potenciar su ataque.