NBA

La pelea de Jordan y Kerr que creó el mejor equipo de la historia

17:07 08/01/2020 | Se cruzaron en un entrenamiento. A partir de eso, Michael entendió que debía confiar en sus compañeros. Chicago logró 72 victorias esa temporada.

Jordan y Kerr fueron campeones esa temporada (Foto: NBA)

El punto de quiebre de una persona, una organización o un equipo puede ser un fracaso, un error monumental, un partido perdido o un desencuentro. Para los Chicago Bulls de las 72 victorias y diez derrotas en la 1995/96 fue una piña del mejor jugador (Michael Jordan) a uno de los jugadores de rol del equipo (Steve Kerr). A partir de esa pelea, los dirigidos por Phil Jackson arrasaron la liga y forjaron una nueva dinastía que les permitió ser campeones por las próximas tres campañas. 

"Será mejor que vengas", le dijo el utilero de Chicago, Johnny Ligmanowski, a Phil Jackson. ¿Qué había sido tan grave como para interrumpir una conferencia de prensa de uno de los mejores técnicos de la historia? Su estrella, que había vuelto del retiro hace una campaña, Michael Jordan, estaba peleando con Steve Kerr, uno de los jugadores más desconocidos de la época. 

Resulta que Jackson había dejado al equipo practicando lanzamientos y a los pocos minutos de irse a atender a la prensa, algunos jugadores empezaron a disputar un picado. De un lado estaba Jordan y del otro Kerr, quien lo marcó y le efectuó varios golpes. En uno de esos roces, Michael explotó y sin dudar le metió una piña en el ojo. Tras ello, sus compañeros los separaron y el 23 se fue directo al vestuario. 

Esa noche, con los paños fríos, Phil le pidió a Jordan que le llame a Steve para disculparse. El entrenador quería empezar la temporada desde cero, con buena química y sin odio. Afortunadamente, Michael, quien ni siquiera sabía el apellido de Steve y mucho menos tenía su número, se comunicó con el tirador y el asunto quedó enterrado. Minutos después, el novato atendió el teléfono y Jordan dio una muestra de grandeza al decirle: "Lo siento mucho. Me dejé llevar por el momento. Quiero volver a ser el de antes, y esto no tendría que haber pasado nunca. Te pido disculpas".

A partir de ese momento, Michael Jordan no sólo comenzó a respetar a Kerr, sino que también aprendió a comunicarse con el resto de sus compañeros. Logró expresar lo que le molestaba y lo que esperaba de ellos. Además, entendió que no todos podían ser como él y que cada persona dentro del equipo era una isla. El resultado fue sublime e inesperado y Chicago Bulls usó la situación para conseguir el mejor récord de la NBA hasta ese momento, obteniendo 72 victorias en la temporada regular y el campeonato de la NBA  en 1996. 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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