Se dice que los números no siempre deben tomarse como un parámetro para explicar o medir una situación determinada. No es un despropósito, suelen marcan una tendencia pero no son absolutos, porque existen valores intangibles que escapan de la frialdad de las matemáticas.
Sin embargo, los números suelen explicar un comportamiento o definir un patrón, justamente lo que sucede en una serie de playoffs. Y es allí donde intervienen los porcentajes, los que terminan de inclinar la balanza hacia uno de los dos lados de manera considerable.
Dicho esto y metiéndonos de pleno en las finales de la Liga Nacional nos encontramos que la tendencia es apabullante para los que ganaron el primer partido. La historia lo certifica, el que pegó de entrada se consagró campeón en 24 de las 30 ediciones previas de la competencia que nació en 1985.
El porcentaje de efectividad es bastante alto (80%), pero trepa considerablemente (89.7%) si dejamos de lado la final de la primera edición entre Ferro Carril Oeste y Atenas, la única que se disputó al mejor de tres partidos a lo largo de la historia. Para la segunda temporada, y durante los siguientes cinco años, el formato cambió a cinco juegos. Recién en 1990/91 se extendió a siete, manteniéndose hasta la actualidad.
Solo seis equipos rompieron con el molde de consagrarse campeones después de perder el primer partido. Ellos son Ferro Carril Oeste (1985 al mejor de tres), Atenas (1998/99 y 2002/03), Boca Juniors (2003/04), Gimnasia de Comodoro Rivadavia (2005/06) y Peñarol (2013/14). Sin ventaja deportiva, cordobeses, chubutenses y marplatenses iniciaron la final con una derrota, y terminaron dando vuelta la serie.
Desmenuzando un poco más la historia, hay otro punto a tener en cuenta. Si bien la ventaja de cancha no garantiza un título (el 76.6 fue campeón bajo esa condición), si además se gana el juego de apertura la efectividad trepa al 86.7%, aún más sin la primera liga: 89.7%.
Solo cuatro veces un mejor posicionado ganó el primer partido pero después se quedó con las manos vacías. El ejemplo más reciente sucedió en la Liga pasada, cuando Regatas inició la serie ganando en Corrientes (86-77), pero terminó resignando la posibilidad de ser bicampeón a manos de Peñarol (se impuso 88-73 en el sexto partido disputado en Mar del Plata).
Los casos anteriores se registraron en 2002/03 (Boca Juniors comenzó 2-0 y perdió 2-4 con Atenas), 2005/06 (Libertad 1-0 arriba y posterior derrota 2-4 con Gimnasia de Comodoro) y 2006/07 (Peñarol inició 1-0 y finalmente cayó 2-4 con Boca Juniors).
Creer o suponer que las matemáticas le van a asegurar un título a Quimsa es un gran error, sobre todo cuando Gimnasia ya estuvo en una situación similar hace nueve años y la supo dar vuelta. Sin embargo, por ahora, los números le dan un guiño a los santiagueños, que después aplastante triunfo obtenido en la noche del jueves (70-54) alimentaron su ilusión de coronarse campeones por primera vez en la historia de la Liga Nacional.
Roberto Martín
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