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John Stockton, Jason Kidd, Steve Nash y Mark Jackson. En ese orden, esos son los cuatro líderes históricos en lo que respecta a asistencias totales de carrera. El gran ausente aparece recién en el quinto escalón: se trata de Magic Johnson, para muchos el mejor pasador de todos los tiempos. Sin embargo, a pesar de estar lejos de la cima en el acumulado, existe una estadística que demuestra que el histórico base de Los Ángeles Lakers ha sido, probablemente, el jugador más determinante en ese rubro.

El cinco veces campeón de la NBA registra el mejor promedio de pases gol por partido en una carrera, con 11,1. Detrás suyo queda el perimetral de Utah Jazz, que fue capaz de escalar hasta la primera posición de la cifra total no sólo por su indudable capacidad para crear ofensivamente, sino por su larga carrera en la competencia: diecinueve temporadas, con dieciséis en las que participó en todos los partidos del curso.

Ahí reside la diferencia de cantidad entre Magic y los demás. Si bien la trayectoria del tres veces MVP Finals fue extensa, sólo llegó a las trece campañas y perdió gran parte de su etapa final por haber contraído el VIH en 1991. Tanto Stockton como Kidd, Nash y Jackson disputaron al menos quince ediciones de la liga, algo que les permitió abultar sus números en el total y superar lo hecho por el de los Lakers.

En total, Johnson sumó 10,141 asistencias en 906 partidos. Nadie ha promediado más por juego a nivel carrera y es muy difícil que alguien pueda superarlo en un futuro cercano: los deportistas en activo que más cerca se encuentran son Chris Paul, John Wall, Russell Westbrook y Rajon Rondo, pero ninguno de ellos supera las 9 por enfrentamiento. Una enfermedad lo privó de quedarse, tal vez, con la mayoría de los récords relacionados al pase. No obstante, la realidad indica que la magia detrás de su juego lo ubican con el gran maestro de esa habilidad.