Basquetplus.com

Joe Ingles es uno de los tantos profesionales dedicados que trabajan en la NBA. Su compromiso con Utah Jazz, la franquicia a la que pertenece desde 2014, es innegable. A lo largo de los años, se ha convertido en una pieza fundamental para el funcionamiento del equipo. Pero, además de batallar dentro de la cancha semana a semana, el australiano también libra una lucha fuera de ella: una que se basa en ayudar a las personas con autismo.

Su relación con esta enfermedad comenzó cuando Jacob, uno de los hijos que tuvo con su pareja, fue diagnosticado con ella. “Al principio, entras en paranoia. Había momentos previos a algunos partidos en los que lloraba por el teléfono y le preguntaba a mi esposa por qué seguía yendo. Amo mi trabajo, pero se había vuelto algo irrelevante en mi vida”, cuenta Ingles, quien comenzó a interiorizarse más y más para entender al niño. Y no sólo con ese único fin, sino también para ser capaz de darles una mano a las familias que pasaban por lo mismo.

En marzo de 2019, los Ingles y la organización de los Jazz unieron fuerzas para realizar un evento sin precedentes en Salt Lake City. Una noche para concientizar a la población sobre el autismo. Muchos niños de la zona que padecen la enfermedad fueron invitados y se recaudaron más de un millón de dólares para ayudar a la Asociación del Autismo. El alero, en tanto, se encargó de cumplir con una de las premisas de la jornada: que esta fuera una celebración, que los jóvenes se divirtieran y que todos aprendieran algo nuevo para poder contenerlos.

Ingles sigue siendo un componente vital en la estructura de Utah. Pero, a partir de ese momento, el significado de eso se extendió incluso más allá de los horizontes de la pista. Según él, lo más importante es hacer las cosas lo más fáciles posible. Y la comunidad se lo agradece.