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La familia Ball debe estar en la lista de las más histriónicas del mundo del deporte. Desde que el padre Lavar Ball dijo que podría ganarle en un uno contra uno a Michael Jordan, nunca más bajaron de ese nivel de acciones o declaraciones para dar que hablar en el ambiente. Y por si fuera poco, uno de sus hijos parece que va a seguir su camino.

Se trata de LaMelo Ball, uno de los prospectos jóvenes más interesantes para el próximo draft, que en medio de su aislamiento en California tomó la decisión de comprar a los Illawarra Hawks, el equipo en el que disputó la última temporada en la NBL de Australia. Allí tuvo la posibilidad de disputar 13 juegos, en los que promedió 17 puntos, 7.5 rebotes y 7 asistencias por juego, aunque una lesión en uno de sus pies lo sacó por el resto del año.

El motivo principal por el que tomó la determinación de hacer esta inversión es que notó los problemas económicos que estaba teniendo el equipo y decidió hacer su aporte para que no termine en la quiebra. "Melo ama a la comunidad de Illawarra, a sus fans, cuando llegó lo recibieron con los brazos abiertos y lo hicieron sentir como en su casa. Cuando escuchamos de la situación del equipo, quisimos ayudar y decidimos comprarlo", reveló el agente de Ball, Jermaine Jackson.

Si bien LaMelo está en Estados Unidos con la mente en el draft y una posible llegada a la NBA en los próximos meses, contratará a la gente necesaria para que el equipo logre salir del mal momento económico con la intención de desarrollar una buena academia de básquet para los chicos australianos que quieren practicar el deporte. "La gente tiene una percepción de su padre, pero él tiene un corazón gigante y quiere ayudar a los más chicos. Quiere que ellos piensen en grande, sobretodo en un momento como este", añadió Jackson.