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En esta nota no se hablará de números, están advertidos. ¿Por qué? Por el mero hecho de que la importancia de los jugadores analizados no se refleja en ellos. Los gritos, las palabras de aliento, los movimientos y la intensidad son cosas que hasta el momento no se puede evaluar en cifras y, por ende, muchas veces pasan a un segundo plano, mermados detrás de los highlights y de las acciones de los jugadores franquicia. 

Tres jugadores son los que se destacan por encima del resto en este sentido y todos ellos son de vital importancia para el cuerpo técnico. Despiertan al resto, molestan a los rivales y ofrecen chalecos de salvavidas a sus compañeros en determinados momentos del partido. Alma y espíritu. Fisionomía de un aspecto que no se vislumbra ni se valora como se debe. Acá están, estos son. 

PJ Tucker 

El interno es fundamental en la parafernalia de jugadores pequeños de Houston Rockets, comunicando constantemente en defensa y fajándose con todos los interiores del equipo contrario. Mike D´Antoni lo explota y Tucker responde con creces. Posicionamiento en defensa, capacidad para anticiparse a las acciones y, sobre todo, espíritu y energía para mantener a todos involucrados son algunas de las herramientas que lo caracterizan. 

Marcus Smart 

Hablar de energía es hablar de Smart, que es la electricidad que da luz a la casa de Boston Celtics. Saca faltas ofensivas, defiende a sus compañeros en cualquier disputa, realiza los box-out, alienta a quien no está pasando por una buena noche y mucho más. Marcus es lo que todo basurero debe ser, poniendo siempre primero el cuerpo por los suyos. Fortaleza física, anticipación y alto IQ para desplazarse en la cancha, lo mejor de los dos mundos.  

Patrick Beverley 

“Extrañamos a Pat, es nuestro líder vocal", señaló Rivers esta semana. Estaba hablando de Beverley, que, como explicaba Doc, es el que eleva a todos con su intensidad, constantes señas y empuja. Ni Kawhi Leonard, ni Paul George o Lou Williams poseen esas características y tener un líder de esta magnitud es un crisol perfecto, al igual que el yin y el yang. Por momentos su fiereza le hace cometer errores, pero es un arma de doble filo que el cuerpo técnico sabe domar. Las características son similares al resto: anticipación, velocidad de piernas, centro de gravedad muy bajo y fortaleza física.