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Tras una 2015/16 muy lejana a las expectativas, entrando por la puerta de atrás a los playoffs y quedando rápidamente eliminados en manos de los Golden State Warriors, los Rockets quieren volver a meterse entre los conjuntos más fuertes del Oeste y para eso han realizado un par de apuestas significativas.

La principal llegó en el banco de suplentes: en la temporada pasada no encontraron estabilidad allí, pasando por McHale y Bickerstaff, sin encontrar grandes soluciones. Para este torneo ficharon a uno de los entrenadores más particulares del mercado, Mike D´Antoni, cuyo básquet de ofensiva ultra veloz, parece encajar a la perfección con el plantel de Houston y la idea de sus dirigentes. Aunque a la vez, potenciar sus debilidades.

La mano del DT ya se empezó a notar en un par de modificaciones. Primero, su llegada descartó la continuidad en el equipo de parte de Dwight Howard (no habían tenido buena relación en Los Angeles) y ya con el plantel casi definido, sorprendió anunciando que en esta 2016/17 utilizarán a James Harden como el base titular, dejando atrás su habitual posición de escolta. Lo que en el pasado era una crítica, ahora será una decisión: Harden tendrá el 90% del tiempo la pelota en sus manos, comenzando posesiones y muchas veces terminándolas.

Más allá de esta arriesgada determinación, Houston tiene material para ilusionarse. Para empezar, tiene a muchos jugadores peligrosísimos en la transición, terreno en el que viven los equipos de D´Antoni: Harden, McDaniels, Ariza y Brewer, entre otros, son especialistas en esa situación. Además, sumaron un cuatro abierto con una mano superlativa como Ryan Anderson, quien será clave para lograr el tan ansiado espaciamiento ofensivo y abrir el terreno para la creación de Harden. ¿La incógnita? Con el barbudo de base, quién ocupará el puesto de escolta. Todo indica que Beverley comenzará allí la campaña, pero no habría que extrañarse que D´Antoni termine utilizando a un dos con menos defensa y más lanzamiento (¿Gordon?).

Otra apuesta interesante para este año pasa por la posición de pivote. Ya sin Howard, la franquicia texana se ha jugado un pleno con el joven Clint Capela. En un rol más limitado, el suizo ha demostrado un gran potencial, no de figura, pero sí de jugador efectivo en su rol: rebotes, correr la cancha, definición cerca del aro y sobre todo, movilidad y versatilidad defensiva, incluso para cambiar y salir al perímetro. Igualmente debe demostrar que la titularidad no le quedará grande y que físicamente puede luchar contra pivotes más fuertes.