Michael Hicks fue uno de los pilares del cambio de cara que experimentó San Martín en el segundo tiempo del encuentro frente a Quimsa. A sus 42 años, terminó con 25 puntos y 7 rebotes, números que lo erigieron como un baluarte del triunfo 90-88 en Santiago del Estero. Luego del partido dialogamos con el pañameno sobre su partido y su rol específico dentro de un equipo que quiere establecer como tendencia la curva ascendente de rendimiento.
- ¿Estaba previsto que el juego se definiera por el aspecto físico?
. No estaba previsto, así se fue dando el juego. Obviamente que sabíamos el equipo que teníamos enfrente, un buen rival que se armó para ser uno de los contendientes de la Liga. Pero nosotros estábamos netamente cocentrados en lo que teníamos que hacer, independientemente del rival que teníamos por delante: tratamos de imponer el aspecto físico, pero nos jugó un poco en contra porque nos fuimos llenando de faltas y tuvimos que bajar un poco la guardia. Igualmente teníamos que seguir metiendo presión y siendo físicos.
- ¿El desarrollo de la lucha rebotera fue en paralelo con el del tanteador?
. Ellos nos tomaron una enormidad de rebotes, en un momento estaban doblándonos en ese aspecto y teníamos que hacer algo para equilibrarlos. Cada vez que tiraban y fallaban, nos tomaban el rebote ofensivo y era canasta... tenés que defender nuevamente por 14 segundos y eso genera un mayor desgaste físico. En los últimos 20 minutos salimos con otra mentalidad para tratar de contrarrestar ese déficit, darnos una oportunidad y poder jugar nuestro partido.
- Tuviste un primer tiempo un poco flojo, pero tu tercer cuarto fue deslumbrante y en el último fuiste decisivo. ¿Son estas cosas las que te hacen seguir jugando a los 42 años?
. Sí, me encanta esto. Si no disfrutar jugando, mejor retírate. Creo que la primera mitad fue un poco floja: no me estaban cayendo los tiros, no estaba agresivo como suelo ser. Desde que arrancó el segundo tiempo intenté cambiar la mentalidad, tomar una mayor responsabilidad y ser más agresivo. A medida que transcurrió el partido las cosas se fueron dando mejor, también gracias a la ayuda de mis compañeros que comenzaron a buscarme y no los podía defraudar. Empecé a atacar y a ser agresivo para mantener el juego vivo y eso fue lo que hicimos durante los 40 minutos.
- ¿Ser el referente para el resto también creés que va a ser tu rol en esta temporada?
. Lo que decida el técnico, aquí hay muchos compañeros que pueden aportar porque estamos armados para jugar en equipo. Siempre que terminan los partidos tenemos cuatro o cinco jugadores en doble dígito anotador, que es muy bueno. Siempre alguno va a sobresalir, pero lo importante es mantener esa unión a partir del juego colectivo y de repartirnos la bola. Es lo que hace que el juego nuestro se vea lindo, el juego en conjunto nos va a favorecer si seguimos creciendo como lo venimos haciendo. Todavía falta una infinidad de partidos, pero poco a poco estamos construyendo nuestra identidad para poder llegar donde queremos.
En Twitter: @basquetplus