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Esta mañana se produjo un nuevo capítulo en la rivalidad entre el dueño del Panathinaikos, Dimitris Giannakopoulos, y el presidente de la Euroliga, Jordi Bartomeu. En el marco de una reunión directiva, el griego solicitó la salida de Bartomeu de su cargo, como consecuencia de los enormes gastos en los incurre la Euroliga, mientras que al mismo tiempo solicitó la amnistía a la sanción que recae sobre él: un año sin poder ingresar a partidos de la competencia internacional, debido a diversos hechos de violencia. 

Finalmente, mediante una decisión democrática, se le negaron las dos peticiones a Giannakopoulos, lo que generó la ira de este particular personaje, quien dejó la reunión amenazando con retirar a su equipo de la Euroliga. Luego, trasladó su malestar a las redes sociales, en donde apuntó directamente el presidente de la competición más importante de Europa, tildándolo de mafioso. Asimismo, aseveró que "el Panathinaikos volverá a FIBA donde el baloncesto debe estar". Todavía no está confirmado que vaya a cumplir con sus dichos, pero en caso de hacerlo, Panathinaikos podría no presentarse a la serie de cuartos de final, ni más ni menos que ante el Madrid de Campazzo.