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El comienzo del partido estuvo lejos de lo ideal para los Spurs, quienes entraron algo desconcentrados al juego, sobre todo en el costado defensivo. La mediacancha de los Clippers se hacía un festiín (8 para Paul y Redick) con la liviana defensa perimetral de su rival, y el local, que recordemos no contó con el lesionado Blake Griffin, tomaba las primeras diferencias favorables de la noche.

Sin embargo, la historia pudo ser peor para San Antonio, que a pesar de permitir un alto 55% de cancha, se mantuvo a tiro en el resultado con un determinante Tim Duncan (9), un preciso Aron Baynes (6) y un positivo ingreso de Manu Ginóbili, anotando un tiro de tres. Así, los de Popovich pudieron pasar el sobresalto sin demasiadas consecuencias, terminando el primer período abajo por 27 a 24.

No podemos decir que la defensa de los texanos haya mejorado particularmente en el segundo cuarto, y los Clippers volvieron a estar en el 50% de cancha. Sin embargo, la eficacia en ataque del último campeón subió a tal ritmo, que esto poco importó y el partido cambió de dueño.

San Antonio comenzó a pasarse la pelota como sólo ellos saben hacerlo (7 asistencias) y mejor aún, a encontrar una enorme eficacia con el triple. Danny Green, Tony Parker, Boris Diaw y Marco Belinelli, en un par de oportunidades, castigaron desde afuera, dando vuelta el marcador y dejando a su equipo al frente por 55 a 52 al llegar al entretiempo.

El segundo tiempo mantuvo en su inicio algunas situaciones del cierre del primero. Los Spurs estaban algo más duros en defensa y todavía con la dupla Baynes-Duncan dominando la zona pintada, siguieron sumando y estirando la distancia hasta llegar a una máxima de nueve (67-58), tras una conversión de dos puntos de Parker.

Sin embargo, lo que había sido el arma principal de los de Ginóbili en el segundo parcial, les jugó en contra en el tercero. De repente, los dirigidos por Doc Rivers se encendieron en el perímetro, sumando con triples de Chris Paul, JJ Redick y Jamal Crawford (x3) para dar vuelta el marcador y pasar adelante por cuatro. San Antonio respondió con un par de buenas apariciones de Tiago Splitter, pero le costó mucho cerrar el rebote defensivo y defender la llave, y con un gran momento de DeAndre Jordan, los locales terminaron adelante por 90 a 88.

Los protagonistas del gran tercer cuarto de los Clippers, Crawford y Jordan, reaparecieron en los primeros minutos del último, dándole ventaja de siete a su equipo. Allí, Popovich decidió recurrir a una vieja táctica: el Hack-a-Jordan, es decir, cortar intencionalmente al pivote de los Clippers, muy mal lanzador de libres.

Aunque primero Jordan anotó un par de sus intentos, poco a poco, fue perdiendo eficacia, hasta prácticamente no poder sumar ante cada una de las repetidas infracciones de los Spurs. Así, y con otra aparición importante de Tim Duncan en ataque, San Antonio llegó a ponerse a dos (105-103).

Sin embargo, la táctica eventualmente dejó de darle respuestas y cuando Rivers quitó del campo a Jordan, Los Angeles volvió a reclamar el control de las acciones, exponiendo un muy mal partido en defensa de los Spurs. Crawford encestó un triple clave, Paul sumó a media distancia en el cierre y aunque una bomba de Belinelli le puso algo de suspenso a la definición, Redick no falló desde la línea y sentenció el 119 a 115 definitivo.

Más allá de sus fallos en la línea de libres (10 de 28), DeAndre Jordan fue la figura del ganador con 26 puntos y 18 rebotes. Además, Jamal Crawford aportó 26 y Chris Paul 22 más 16 rebotes. Por el lado de San Antonio, el mejor fue el interminable Tim Duncan con 30 unidades y 11 rebotes, seguido por los 21 y 13 asistencias de Tony Parker.

Manu Ginóbili: 10 puntos, 6 asistencias, 1 rebote, 5 pérdidas, 4 faltas, 3-4 en triples y 1-2 en libres durante 23 minutos de juego.