Parecía que San Antonio había encontrado el camino, porque después de la paliza sufrida en Chicago, el equipo metió tres plenos seguidos. Sin embargo, este sábado se encontró con unos Clippers intensos, que establecieron la diferencia en la zona de la pintura con un Blake Griffin tremendo, autor de 31 puntos y de 13 rebotes, formando con DeAndre Jordan (8 puntos y 19 rebotes una dupla letal).
El marcador lo dice todo, un 105-85 que demostró las diferencias entre un y otro equipo, especialmente a partir del segundo cuarto, donde los Spurs no encontraron el camino debido a la defensa rival, y a su escasa generación de juego. Los Clippers aislaron a Duncan, lo lejaron de la pintura y lo obligaron a lanzar abierto.
Para colmo de males, Parker tuvo un partido flojo, peleado con el aro (2/8 dobles y 0/2 triples), pero aún así insistiendo la mayoría de las veces que tuvo el balón. Faltó circulación y eso se notó en un equipo con rendimientos pobres o irregulares, siendo Kahwi Leonard (24 puntos y 4/8 triples) el único que estuvo en su verdadero nivel.
Ginóbili emergió al final del tercer cuarto, metió cinco puntos seguidos y esbozó un atisbo de reacción. Sin embargo fue una ráfaga y/o un intento que se quedó ahí, en parte por que no pudieron sostener la reacción, en parte porque la diferencia era de quince puntos.
Fue un triunfo contundente por parte de unos Clippers que hacía cuatro partidos que no podían ganar en San Antonio. Manu Ginóbili sumó 9 puntos (2/4 dobles, 0/3 triples y 5/10 libres), 2 rebotes, 2 asistencias, 2 recuperos, 4 pérdidas y 1 falta en 22m14s.