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El último repaso por las divisiones de la NBA nos lleva al Pacífico, donde toda la atención estará lógicamente puesta en los Golden State Warriors y Los Angeles Lakers, con la explosiva incorporación de LeBron James. El resto tendrá que quedar por un tiempo a la sombra, tanto en cuanto al foco del público, como probablemente en las posiciones.

Por el lado de los Warriors, lejos de conformarse con haber ganado tres de los últimos campeonatos de la competencia y de tener el plantel con más talento de toda la historia, sumaron al que muchos consideran como el pivote más dominante del torneo: DeMarcus Cousins. Claro, el exPelicans viene de una importante lesión en el Aquiles y no tuvo demasiadas ofertas en el mercado, pero más allá de eso, la noticia no dejó de ser sorpresiva. Como dicen en Estados Unidos, los ricos se enriquecen y en el caso de Golden State, vuelve a partir como el gran candidato al anillo.

Por supuesto que igual o mayor expectativa hay alrededor de los Lakers, desde el segundo en el que se supo que LeBron James llevaría sus talentos a Los Angeles. A partir de ese fichaje, los angelinos sumaron a varios veteranos (McGee, Rondo, Beasley, Stephenson), que junto a James intentarán potenciar a un grupo de jóvenes encabezado por Lonzo Ball, Josh Hart, Brandon Ingram y Kyle Kuzma. Pueden terminar dando más pelea de la que muchos creen.

El único otro equipo de la división que guarda algunas esperanzas de clasificación a playoffs son los Clippers, aunque la tendrán sumamente complicada en el durísimo Oeste. El quinteto inicial de los de Rivers no es malo (Beverley-Bradley-Gallinari-Harris-Gortat), pero les falta esa estrella que les permita un salto de calidad, además de contar con varios jugadores propensos a las lesiones. Tras algunos años inusuales, volvieron a ser el hermanito menor de los Lakers.

Los otros dos conjuntos del Pacífico parten como favoritos a pelear entre los últimos lugares de la conferencia. En Phoenix hay buena expectativa debido a la llegada del número uno del Draft, DeAndre Ayton, más la evolución de un anotador natural como Devin Booker. Sin embargo, no tienen la experiencia ni la profundidad como para pensar que este será el año donde empiecen a demostrar todo su potencial. Lo importante para ellos pasará por el progreso de sus prospectos.

Más complicada la tiene Sacramento, que no solo no cuenta con un equipo para competir en esta 2018/19, sino que carece de nombres que generen demasiada ilusión a futuro. Eso se creía sería el dos del último Draft, Marvin Bagley, pero el ex de Duke no ha lucido bien durante la Summer League ni la pretemporada. Hace años que los Kings se encuentran en una situación complicada, sin un rumbo claro y la 2018/19 no parece ser la excepción.