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No hay lugar para las sorpresas. Aquí quedarán afuera Irán y Egipto. No puede ocurrir otra cosa, porque los otros cuatro son potenciales candidatos a estar en las semifinales (y algunos en la final). España tendrá que lucharla duro en Granada para terminar primera de grupo, pese a que parte como indudable favorita.

La Generación de oro española sabe que, quizá, hasta aquí lleguen varios históricos, como Pau Gasol, la Bomba Navarro y Felipe Reyes y que después todo será distinto, pese a que tiene material para seguir arriba. No tiene ausencias y el crecimiento de Ibaka la hace todavía más peligrosa. Y encima es local.

Después está Francia, aunque con varias bajas importantes (Parker, Noah, Turiaf, etc). Igual, tiene un poderío físico descomunal y dos talentos como Diaw y Batum, con los que pueden aspirar alto.

Serbia no es el de otras épocas, aunque tiene algún veterano clave (Kstic) y muchos enfants terribles, liderados por el genial Teodosic, más Bogdanovic, Raduljica y demás. Excelente altura y un entrenador que puede ser fundamental para convertirlos en ganadores, como el crack Aleksandr Djordjevic.

¿Y Brasil? Defitivamente este tiene que ser su torneo. Solamente España puede equipararlo en poderío interior (Tiago, Nené, Varejao, Hettsheimer). Tiene además el peso de haber llegado por invitación tras el papelón en el Premundial 2013, donde no ganó un solo partido. Completo, es de temer.