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Los periodistas deportivos y narradores de la NBA le dieron la mano derecha a Dwyan Casey y lo condecoraron como el Mejor Entrenador de la temporada 2017/18, tal como lo había hecho la Asociación de Entrenadores hace varias semanas. Le dieron la confianza que no tuvo por parte de los despachos de Toronto Raptors, tras la eliminación ante los Cavaliers, barrida incluida.

La franquicia canadiense volvió a sufrir su karma de no poder demostrar toda su jerarquía en los playoffs, la etapa más caliente del año. Pero a lo largo de la temporada regular demostraron con juego y variantes que se habían ganado en buena ley el primer puesto del Este, gracias a un récord 59-23 (el mejor en la historia de los Raptors). Esto le permitió superar en la votación final a Brad Stevens (Celtics) y Quin Snyder (Jazz).

En definitiva, esta noche se dio una situación muy extraña en el marco de los NBA Awards, ya que Casey subió al escenario para recibir el premio por el trabajo realizado con los Raptors, cuando actualmente es el entrenador de Detroit Pistons. "Como jugador y como entrenador, lo único que querés y necesitás es un dueño que crea en vos. Eso fue lo que encontré en Tom Gores (propietario de los Pistons)", fueron las palabras más significativas de Casey en su discurso de premiación.