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Mark Landsberger fue mucho más que un pivote suplente en los Lakers campeones del Showtime. Con dos anillos en su haber y una reputación peculiar en el vestuario, su carrera estuvo marcada por momentos insólitos dentro y fuera de la cancha. Desde su desafortunado rol en el famoso "snitch incident" hasta su paso por la Liga Nacional de Básquet en Argentina, Landsberger fue una figura tan particular como inconfundible.

"Mark Landsberger era un buen chico", recordó Claire Rothman, ex vicepresidenta de booking de los Lakers. "Pero era tonto como un poste. Diría que literalmente no podía caminar y masticar chicle al mismo tiempo". Su llegada a los Lakers en 1980, tras ser traspasado desde Chicago, lo colocó en un rol de especialista en rebotes, complementando a Kareem Abdul-Jabbar en la pintura. Sin embargo, su falta de conciencia y amor por la vida nocturna limitaron su impacto en la cancha. "Le encantaban los clubes de striptease", reveló Michael Cooper. "Siempre decía: 'Vamos, Coop, ¡vayamos a los clubes de striptease!'".

Pero su mayor problema no fueron las distracciones nocturnas, sino su indiscreción en casa. En 1982, Landsberger cometió el error de compartir con su esposa, Marianna, las travesuras extradeportivas de sus compañeros en los viajes. "Wanda (esposa de Cooper) se enteró por mi esposa. Mi esposa me engañó. Le dije que lo mantuviera en secreto", explicó Cooper. "Wanda le dijo a mi esposa que yo la engañaba y Marianna le contó lo que yo le había dicho. Se puso feo". Butch Carter, excompañero de equipo, fue categórico: "Es la vez que vi más enojado a Kareem. Mark era tan malditamente estúpido. Metió en problemas a Kareem, a Coop... simplemente estúpido".

Aislado del plantel tras el incidente, Landsberger terminó su etapa en la NBA en 1984 con promedios de 5,6 puntos y 6,1 rebotes en siete temporadas. Luego de jugar en Italia, Grecia y España, llegó a Argentina en 1992 para reforzar a Gimnasia de Comodoro en reemplazo de Steve Wright. "Era una máquina defensiva que anulaba a los internos rivales, con una terrible capacidad para los rebotes", describió el periodista Diego Lambrecht. En 50 partidos promedió 13.3 puntos y 10.1 rebotes, siendo clave en un equipo con Andrew Moten, Edgar Merchant, Sergio Aispurúa y Sebastián Uranga.

Su impacto fue inmediato. "Estábamos comiendo en Mar del Plata y llega Mark. Sabíamos de sus campeonatos en la NBA, de que fue suplente de Kareem, pero cuando lo vimos, ese grandote, pelado, blanco y ancho, no parecía un tipo con muchas condiciones", recordó Uranga. "Hasta que abrió la mano y mostró su anillo de campeón de la NBA. Era más grande que su mano". Con Landsberger, Gimnasia llegó a semifinales de la Liga Nacional, cayendo ante GEPU de San Luis.

Su historia en la NBA se reviste de más anécdotas de torpeza. Durante un almuerzo en Phoenix en 1982, derramó un batido de chocolate en su camiseta de juego y, al no tener una de repuesto, jugó con la mancha en un partido televisado a nivel nacional. Así lo personificó Houston Mitchell para All Things Lakers. Además, parte de su legado en los años del Showtime está como espectador de lujo de una jugada histórica: el lay-up reverso del Dr.J en las Finales que disputó Philadelphia ante los angelinos. Su cara, con el dorsal 54 amarillo, siempre aparecerá entre los grandes highlights del básquet, lastima que no como protagonista.