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La apuesta de los Nuggets con Nikola Jokic en 2015 fue visionaria, con una esperanza de un futuro jugador franquicia. Y aunque muchos dudaban, eso mismo vio un Mike Miller que conoció al serbio en su llegada a Denver.

Ya en declaraciones en aquella época había dicho en The Ringer: “Creo que cuando tienes mucho talento joven, hay chicos que son realmente buenos, y es difícil elegirlos, pero si apostara por alguien ahora mismo, sería Nikola Jokic. Lo llamo Joker. Veo mucho de los hermanos Gasol en él”.

En charla con el podcast Pardon My Take, contó: “Les contaré una anécdota curiosa. Me traspasaron de Cleveland a Portland. Compré mi contrato de Portland y fui a los Nuggets. Llegué tres días tarde al campamento de pretemporada, así que llegué y me senté en el entrenamiento. Ese día no entrené. El entrenador Mike Malone y la familia Kroenke, al final del entrenamiento, me preguntaron: '¿Qué opinas sobre Jokic?'. Le dije: 'No sé quién es ese chico gordo y feo de ahí, pero es tu mejor jugador de lejos’”.

Y completó haciendo una caracterización de lo que era Nikola en ese momento: “En ese momento, tenía defectos. Como que su cuerpo no era el mejor. Si miras sus antiguas jugadas del Combine o del Hoop Summit, es como si no saltara alto. Pero nunca había visto a un chico tan joven como si el balón le diera en las manos como en Matrix. Simplemente todo se detiene, y el juego se vuelve lento para él”.

Y cerró: “Para todos los jóvenes, el juego es rapidísimo y descontrolado, y por eso cometen tantos errores y los entrenadores veteranos no les dan juego. Pero Jokic tocó el balón con su manos y todos mejoraron”.