Basquetplus.com

"Debe ser la primera vez en mi vida que agradezco ser famoso", dijo Tim Duncan en Christiansted, St. Croix, Islas Vírgenes, zona donde vivió su niñez. Y es que, esta vez, la fama le permitió a Duncan liderar una movida solidaria en su país natal gigantesca. 

Duncan completó su tercer viaje a las Islas desde que dos huracanes categoría 5 azotaran la región en setiembre. "Estaba siguiendo lo que ocurría en Houston, porque era cerca de donde yo estaba. Ahora Puerto Rico llama la atención. Yo sabía que la gente no se iba a enfocar en estas islas. Y sé que soy la persona más reconocible aquí, por lo que es mi responsabilidad ser un poco el faro de atención", dice Duncan.

Tim no hace que ayuda. Ayuda. Y pone el cuerpo. Arma las grandes mesas donde se apoyarán los alimentos llegados en aviones (unos 500.000 kilos en total), levanta bolsas pesadas y, sobre todo, se encarga de que la dinámica de los 500 voluntarios que lo acompañan no decaiga, más allá de las distracciones que significan los que por momentos le piden un autógrafo o una foto. No es el mejor momento, pero no se niega.

Duncan sabe lo que le pasa a la gente. Ahora es millonario, pero a los 13 años, el Huracán Hugo pasó por este mismo sitio, aunque como categoría 4. Tim tuvo que pasar toda una noche en el baño con su madre y con su hermana. La casa, que había construido el padre, aguantó, y de hecho sigue todavía en pie.

Es famosa la historia que gracias a Hugo, Tim fue basquetbolista, ya que el Huracán destruyó la pileta olímpica en la que Duncan se entrenaba soñando ser alguna vez olímpico...en natación. 

"Me hubiese gustado que nada de esto pasara -dice Duncan-, pero debo reconocer que para mí ha sido importante poder venir aquí y devolver, dar algo. Si no, seguramente hubiese seguido viviendo dentro de una burbuja". 

Y lo que hizo fue memorable: pidió ayuda a través de una carta en The Players Tribune que recaudó 2.6 millones de dólares en poco tiempo (él agregó un millón más de su bolsillo) y luego conectó a HEB (el supermercado texano) y Federal Express para ver cómo solucionaban el tema de los alimentos y el transporte.

El trabajo fue descomunal y Duncan no evitó ningún paso. Antes de ayer, miércoles, pudo retornar a San Antonio. Atrás quedó la ayuda a 10.000 personas de las 50.000 que viven en la isla. Sabe que volverá pronto. "Ya pocos se acuerdan de Harvey y en seis meses nadie recordará lo que ocurrió aquí. No sé construir casas, pero tampoco sabía cómo organizar la ayuda, y lo hice. De alguna manera, lo aseguro, vamos a reconstruir a estas islas". 

Podés leer la nota entera, en inglés, aquí