Informe

Donald Sterling, el magnate al que la NBA echó por racista

17:04 27/08/2020 | En 2014, Adam Silver obligó al empresario a vender a Los Ángeles Clippers luego de que se filtraran comentarios racistas sobre Magic Johnson.

Foto: Reuters

El tiroteo a Jacob Blake volvió a despertar la indignación de la gran mayoría de los jugadores de la NBA, quienes se cansaron de las injusticias raciales y optaron por boicotear los partidos de la competencia de este miércoles. A pesar de que finalmente los playoffs seguirán en pie, la organización apoyó esta medida y no se decretaron sanciones. Es una conexión que ha tenido varios capítulos a lo largo de la historia reciente: los atletas demandan un cambio y la liga responde. Uno de los más emblemáticos fue la expulsión del mundo NBA de Donald Sterling.

El empresario multimillonario era, por ese entonces, dueño de Los Ángeles Clippers. Había comprado la franquicia en 1981 y desde ese entonces comenzó a tener problemas con los directivos. Mudó el equipo a la ciudad actual desde San Diego sin autorización, confesó que los haría perder a propósito para elegir primero en el Draft y varias otras actitudes que le hicieron ganarse la fama de polémico. Nada comparado a lo que protagonizó en 2014, con la aparición de comentarios racistas que terminaron por sacarlo del ambiente.

“Me molesta mucho que difundas que te estás relacionando con gente negra. ¿Tienes que hacerlo? Puedes dormir con ellos. Puedes traerlos aquí. Puedes hacer lo que quieras. Lo poco que te pido es que no lo promociones, que no los lleves a mis partidos, que no los traigas al pabellón”, le decía Sterling a su pareja en los audios que TMZ filtró. ¿La razón de esa reprimenda? Una foto que ella había subido con Magic Johnson a sus redes sociales: “No pongas a Magic ahí, en Instagram, para que el mundo lo tenga que ver y luego tengan que llamarme. Y no le traigas a mis partidos ¿Por qué te sacás fotos con minorías?”.

Al hacerse públicas esas frases, la furia de los deportistas estalló. LeBron James, Chris Paul y varios otros fueron tajantes y le enviaron un mensaje directo a Adam Silver, Comisionado de la NBA: no lo queremos en la escena. Entonces, este tomó cartas en el asunto: luego de reunirse con la Junta de Gobernadores, determinó que obligaría a Sterling a vender a los Clippers y que además recibiría una multa de 2,5 millones de dólares, de los cuales 1,8 irían destinados a la lucha contra la discriminación. Ya no podría entrar a ningún partido de la competencia ni acercarse a las instalaciones de la que había sido su institución. Una medida ejemplar que marcó un antes y un después en la historia de los deportes estadounidenses y que dejó algo en claro: en la NBA, no hay lugar para el racismo.
 

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