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El enfrentamiento entre Denver Nuggets y Oklahoma City Thunder no solo dejó la victoria de los campeones por 140-127, sino también una curiosa estrategia de Mark Daigneault para limitar a Nikola Jokic. Pese a los 35 puntos, 18 rebotes y 8 asistencias del serbio, el DT de OKC utilizó a un novato para alterar el ritmo del partido sin que siquiera ingresara a la cancha. Dillon Jones se convirtió en una pieza clave en el banco, una movida que podría generar debates reglamentarios en la NBA.

El plan de Daigneault se basó en un detalle del juego de Jokic: su rapidez para reanudar las acciones tras una infracción o una pérdida. “Jokic es muy inteligente. Si fuera mi jugador, lo apreciaría, pero siempre le pide el balón rápido a los árbitros para sacar ventaja”, explicó el técnico tras el partido. Para contrarrestarlo, decidió mantener a Jones en la mesa de control, simulando una sustitución constante. Esto obligó a los jueces a retrasar la reanudación del juego, afectando el ritmo de los Nuggets.

La estrategia no pasó desapercibida y le costó a OKC una advertencia por demora de juego. “Nos sancionaron, pero no sé si hay una regla que impida hacer esto”, agregó Daigneault. “Si van a darle el balón rápido a Jokic, voy a seguir haciéndolo”. Jones recién ingresó al partido a falta de 1:46 en el último cuarto, pero su sola presencia en la mesa de cambios alteró el flujo de juego de Denver, que venía de anotar apenas 103 puntos la noche anterior.

Aunque la movida no evitó la derrota de Oklahoma City, dejó en evidencia un vacío reglamentario que la NBA podría revisar. El uso de sustituciones ficticias para frenar transiciones rápidas no está específicamente prohibido, lo que podría abrir la puerta a otras franquicias para explotar la misma táctica.