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Hay gente que simplemente tiene suerte. Sin vueltas ni misterios, sólo suerte. Encontrar plata, ganar sorteos o acertar todos los números en una loteria son algunos de los eventos más comunes que le suceden a esa clase de personas. Pero lo que contó Fabricio Oberto en el programa español llamado Confinados sin Basket es simplemente irreal, ilusorio y utópico, y ni al mejor de los escritores se le podía haber ocurrido. 

El hecho se dio en Las Lajas, Argentina, en medio de una travesía de Oberto y Tim Duncan. "Veo que Tim me hacía señas y me decía que me fije adentro del lugar donde estaba la gasolinera. El chico tenía la siete de los Spurs. Me dice que le tenía que contar que era yo. En eso Tim se baja de la moto y me lleva para adentro. Le comienzo a decir si le gusta San Antonio y finalmente, para acortar tiempos, le comenté que yo era el de la camiseta", contó el pivote. 

"En eso el papá se para y nos pregunta si nos podía sacar la foto Tim. Yo le dije que nos sacábamos la foto los tres, pero él quería que lo haga Duncan ya que no le interesaba mucho el norteamericano", comentó entre risas Fabricio. Finalmente se sacaron la foto solo ellos y el niño tuvo la oportunidad de conocer al ídolo que en su mente no tenía cara ni figura. Una historia peculiar, de esas que nadie se podría imaginar.