NBA 2017/18

Básquet Plus con Manu en San Antonio: "Si no entramos a los playoffs no me voy a hacer mala sangre"

19:36 16/03/2018 | Visitamos al mejor de la historia en Estados Unidos y nos dejó, como siempre, conceptos muy claros. "No puedo ponerme mal por algo que no puedo arreglar". Disfrutá la entrevista completa.

Ayer, ante Davis, al que sacó de quicio (Foto SA Express News)

En San Antonio hace casi 30 grados y, hasta hace unos días, posiblemente más en la intimidad de los Spurs. Es que parecía que no podían salir de un espiral de mal juego y derrotas que lo habían llevado a caer al 10º puesto en el Oeste. La historia cambió un poco con las victorias ante Orlando, el martes, y New Orleans, ayer. Dos de los seis partidos seguidos que tendrá San Antonio en casa y que muy posiblemente sean claves para saber si van a los playoffs o se quedan afuera por primera vez en 20 años. 

Anoche, Manu Ginóbili fue decisivo para darle esa marcha extra a la competitividad, sacando de juego a Anthony Davis cuando se definía el partido, mostrándole el camino una vez más a sus compañeros. Doce horas después, el bahiense nos recibe en el lugar de práctica de los Spurs, para charlar de todo un poco. 
 

-¿En este año o en este último tiempo te pasó por la cabeza pensar que pasó? ¿Y por qué pasó?
. Sí, a veces uno pone todo en perspectiva en los recesos o cuando sale el tema como en estos casos. No vas por la vida pensando en el pasado, la carrera o los logros, la selección y todo eso. Pero a veces pasa o surge rápidamente y haces un mini balance pero no es algo muy habitual. Lo que pasó es algo único, impensado, imposible de soñar, de esperar, de apuntar a... Porque se dieron demasiadas cosas tanto a nivel selección como a nivel equipo. Son muchos años en una carrera más larga de lo esperada por mí y por todos. Disfrutando el paso a paso, el camino y tratando de no mirar tanto para atrás. Si lo quiero hacer más adelante cuando este la pelota parada y las zapatillas colgadas, lo haré, pero no hace falta ahora.
 
- Con ustedes me pasa algo que con vos es más marcado todavía. No puedo reconocer al pibe que llamó al padre a Mar del Plata para decirle que había descendido con Bahiense del Norte con el de hoy. Me parece imposible que sean la misma persona.
. Creo que Chapu y Luifa eran más prodigios. León a los quince años lo vio al Chapu y dijo a este pibe me lo llevo, Luifa a los doce ya la volcaba, Carlos (Delfino) también era un prodigio. Conmigo fue algo más lento, mi desarrollo físico, cognitivo y de habilidad. Se dio todo mucho más tarde y pasaron un montón de cosas que nadie podía imaginar. Vos me viste jugando en La Rioja y es imposible pensar que ese jugador es este, con esta carrera. Fue muy impensado, muy sorprendente mi desarrollo. Pero pasa eso, no llega nada más el LeBron. Algunos jugadores de segunda ronda o no drafteados pasan a tener grandes carreras. Pablo Prigioni es un gran caso, debutó en la selección a los 28.

- A mí me resulta difícil emparentar además lo no basquetbolístico también. Es cierto que eras un adolescente, pero de aquel pibe que tenía un montón de dudas a este tipo tan sólido hay un abismo.

. No sé qué soy, pero definitivamente soy otra persona al de los 18 años. A uno le pasan un montón de cosas, vivís 4 años en Italia, 16 acá, tenés hijos, no te digo que esté desarraigado, pero ya viviendo más de la mitad de mi vida afuera que adentro. Uno va cambiando, madurando de distintas maneras y la vida te va moldeando como se le ocurre. Creo que nos pasa a todos, sobre todo a las personas que cambian mucho de entorno. Si vos crecés, te desarrollás, madurás, hacés todo en Bahía Blanca, no llegás a ver tantas cosas o a vivir cosas distintas, cuando te pasa puede haber mayores cambios.

- Por el libro de Chapu me leí, como gimnasia, los cinco libros que se escribieron sobre vos y noté cómo fue clave la figura de Leandro (su hermano), ese desafío del tipo que estaba ahí, que había que alcanzarlo. Supongo que tiene una incidencia por ahí intangible.

. Creo que los dos, Leandro por ahí era más de mi posición y académicamente era más parecido. Era más realista para compararme y competir contra él. En ese aspecto me dieron como un desafío más. Repito, yo creo que es genético, no estoy seguro de dónde salió esa competitividad porque la tengo desde muy chiquito. Lo de los boletines lo cuento hace mil años y no es normal. Yo tenía ese instinto de competir, de compararme, de querer superarme. Cuando no era más Leandro, era Juan (Espil) y Pichi (Campana), después a los dos años era Danilovic o Rigaudeau, o Hugo (Sconochini), que estaban más o menos en mi posición. Era obsesivo, muy poco sano, pero indudablemente me alimentó en lo profesional.

- Sostengo la teoría de que la ultra competitividad es bárbara para todos menos para el ultra competitivo en cuanto a salud.

. Definitivamente. Muchas veces quise, hablando con Boris (Diaw), sobre todo, ser como él. Me gustaría pensar y vivir como vos un poco, le decía. Igual desde 2013 sobre todo empezó a haber un cambio. Empecé a modificar mi manera de pensar, mi competitividad y demás. Pero por momentos la pasaba mal porque era un poco angustiante y no tenía paz. Lograr un gran éxito era simplemente lo que tenía que hacer. Y dura muy poco, no dura nada. Perderlo o hacer una macana sería una frustración, entonces pocas veces ganaba.

-¿Como viene el león herbíboro?

. Ya ni león me parece que soy, jeje. De vez en cuando se despierta, pero no es nada comparado con lo que era hace diez años atrás, o quince, que era un enfermito. Pero de a poco fui madurando, viendo las cosas en perspectiva y entendiendo todo esto que no se justificaba. No fue un click, fueron bastantes cosas escalonadas. El nacimiento de los hijos va empezando a ponerte en cierto lugar, después la edad, la frustración del 2013 que me mató. Ahí dije: “Dejo acá y no sufro más o cambio la cabeza y disfruto el día a día, no el si gano nada más”. No te digo que fue automático, pero empecé ese proceso más acelerado y ya en el 2014, por más que ganamos y salió todo bien, estaba más tranquilo. Y en el 2015 pase un año espectacular que fue lo que me extendió la carrera hasta ahora.

-¿Y este año qué es?
. Es raro, muy raro lo de este año. Ahora se normalizó, pero el inicio de temporada fue muy inesperado, de sentirme tan bien, de no tener dolores ni nada. Estuve así dos o tres meses hasta enero. Ahora me está costando un poco más, terminé jugando más de lo que pensé que iba a jugar y lo estoy padeciendo un poquito, pero los primeros meses fueron increíbles.

-¿Lo de #elpibede40 fue idea tuya?
. Yo lo puse creo que fue cuando firmé, que ya había cumplido 40. Pero nunca fue la idea de armar algo así. Viste que uno pone el hasthag como para extender el tuit o para dar un dato más o algo gracioso. Lo puse y pegó.

- Entre la situación que decías antes y lo de ahora, tu parte competitiva, ¿no te varió nada el péndulo sobre tomártelo con calma esta situación de incertidumbre en cuanto a los playoffs? Todavía faltan 12 partidos, pero ¿si no entran o no entran no pasa nada, o no llegaste a tanto?
. Sí, llegué. Hay momentos cuando vengo de 5 partidos buenos que me empiezo olvidar de mi mentalidad de ahora, de lo que quiero de mí. Lo mismo cuando vengo como ahora con dos partidos con dolores, sin meter una y demás. Pero trato de mantener el equilibrio y la verdad que estoy en la posición de que si entramos, entramos y si no entramos, no entramos. Nadie a este punto de mi carrera me puede discutir o negar que doy todo en la cancha, que hago todo lo que puedo para que el equipo gane. Si no alcanza ya está, mala sangre no va más.

-¿Eso es individual o tratas de contagiarlo a los demás?
. No, no trato de contagiarlo. No creo que sea positivo. Ellos tienen tiempo de hacerse mala sangre, ellos que no duerman, que no coman, que sufran, que compitan y disfruto yo, jaja.

-¿Dentro de ese problema, lo de Leonard lo tomás como algo que pasó nomás y de alguna manera es razón para estar así?
. Sí. Lo tomo así porque no tengo otra opción. Es muy raro lo que pasó y que todavía no esté con nosotros, es algo muy raro y desafortunado. Trato de que no me afecte algo que no puedo modificar. Si yo no lo voy a curar. No voy a hacer que algo ajeno a mí me afecte en mi día a día. Si no nos alcanza porque no tenemos a nuestro mejor jugador, me iré de vacaciones con mi familia o llevaré a mis hijos a la escuela un poco antes de lo habitual y sigue todo.

- A tu edad y en tu temporada 16 quizá no esté tan mal tampoco que el desafío sea meter al equipo en los playoffs. 
. Seguro, si vos mirás al equipo que tenemos sin Kawhi, estamos para estar ahí donde estamos. No estamos jugando nuestra mejor temporada, no estamos jugando bien y todo eso. Pasamos por un montón de dificultades y si no estamos para estar terceros como esperábamos al principio, no estaremos. Es como en la selección argentina. Si en un momento no nos daba más para pelear por la medalla como en el 2016, pelearemos por estar entre los ocho, y si no te alcanza vas y te rompés el lomo y peleas por el doce. ¿Se te va a caer una jineta? No pasa nada, uno pelea para ser el mejor que puede ser. No podés hacer que Golden State no tenga a esos tres que tiene jugando. Listo, vos hacés el mejor juego que podés hacer.

- Obviamente todo esto no te varia en absoluto lo que vas a hacer después.
- No, ni salir campeón ni quedar eliminado. Es cuestión del día a día, de cuántas ganas tenga de ponerme a hacer el bolso y viajar. Que cada vez son menos, vienen cayendo de a poco.

- El año pasado disparamos una de las grandes frases de Popovich: “Lo voy a exprimir hasta que no quede una gota de jabón”. 
. Definitivamente la decisión hubiese sido mucho más fácil si él me decía, bueno, mirá, ya estuvo bien.. Ahora juego y hago lo que puedo. Sé que cada partido puede ser el último, pero qué vas a hacer. Uno trata de disfrutarlo siempre. A veces sale bien y a veces mal. Juego y listo.

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a San Antonio, Estados Unidos
En Twitter: @basquetplus 

Compartir