Bill Russell y el trash-talk definitivo
15:01 15/07/2020 | No ocurrió sobre una cancha de básquet, sino en una ceremonia de premiación. Una demostración del carácter y la trascendencia del pivote.
El tiempo pasa y, con él, también vuelan las historias del pasado. Muchas de ellas terminan siendo olvidadas o minimizadas por el simple hecho de estar muy lejos. El presente suele monopolizar las narrativas, que cambian de acuerdo a la época y se ajustan a los parámetros reinantes. Sin embargo, es imposible negar la trascendencia de algunas figuras y su impacto se convierte en una marca indeleble. Bill Russell es uno de los mejores ejemplos que la NBA ha dado de ello. Y, en 2017, se los hizo saber a todos.
El suceso ocurrió durante la ceremonia de premiación que adoptó la liga en esa misma temporada. En ella, se entregaban los trofeos individuales más importantes del certamen como el MVP, el Rookie del Año, el DPOY, el Sexto Hombre y el Coach of the Year. Pero, también, hay lugar para otros reconocimientos que están destinados a la trayectoria de las leyendas. El pivote fue condecorado con el Lifetime Achievement Award y, a la hora de ir a buscar la estatuilla, varias figuras del pasado reciente (y no tan reciente) lo acompañaron: Kareem Abdul-Jabbar, Alonzo Mourning, Shaquille O’Neal, David Robinson y Dikembe Mutombo.
Entonces, Russell subió al escenario y dejó un silencio contemplativo. Segundos más tarde, dijo frente a todos ellos: "Yo les hubiera pateado el trasero." El público, así como también ellos y él mismo comenzaron a reirse a carcajadas. Una catarata de aplausos se adueñó del momento. La simple frase demostró la confianza que el once veces campeón de la liga tenía en su juego y el respeto que infundaba en los demás. Eventualmente, continuó su discurso: "Hablando seriamente, no saben lo mucho que los aprecio y respeto. Ustedes lo hicieron a su manera y en sus respectivas Eras."
El interno pasó toda su carrera (1956-1969) como miembro de los Boston Celtics, con los que consiguió todos esos títulos (la mayor cantidad para un jugador) entre 1957 y 1969. Además, fue seleccionado como MVP de la temporada regular en cinco ocasiones. Fue doce veces parte del All-Star Game, ganó una medalla de oro olímpica en los Juegos de Melbourne de 1956 y entró tanto al Hall of Fame de la NBA como al de FIBA. Quizás ningún otro deportista pueda soltar una sentencia como esa sin estar errado. El padre de todos los pivotes habló y, al igual que ocurre con sus logros, ni el paso del tiempo podrá llevarse sus palabras.
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