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Argentina y Grecia se jugarán esta noche mucho más que el primer puesto del Grupo B del Mundial de España 2014. Se jugarán su camino futuro, su confianza, su descanso, sus chances. 

Y es que, aunque no se pueda planificar lo que va a ocurrir, y dependiendo, claro está, de las expectativas que cada uno tenga, el resultado de hoy definirá el rumbo de los dos en la próxima semana.

Empezaremos con eso, antes que con el juego. El que gane finalizará primero en el Grupo, eso ya es seguro. Por lo tanto, salvo un milagro (que Irán venza por 8 a Francia o por menos, pero esperando una victoria de Serbia sobre España), se enfrentará a Serbia, que de no mediar aquel milagro, será cuarta en el Grupo A. Eso implica evitar a España hasta semifinales y jugar recién el domingo el próximo partido de octavos de final. No es poco.

Si Argentina pierde, y ganan Senegal y Croacia, será segundo, mientras que si pierde, y pierde Senegal, será tercero, y si pierde y pierde Croacia también (y gana Senegal), será segundo. En caso de ser segundo, dos malas: jugaría el sábado y, de pasar, lo más probable es que le toque España. De ser tercero, el rival sería Brasil, el domingo, y seguiría evitando a los locales. Grecia, si pierde esta noche, será segundo. Ya no puede bajar de ese puesto.

La pregunta que nos hacíamos muchos ayer era cuánto le convenía a Argentina desgastarse en un triunfo ante los griegos, para terminar primeros, siendo que el rival sería Serbia, mientras que siendo terceros, las opciones no variaban demasiado. El tema es que, por cómo se dieron luego los resultados, es muy probable que no haya demasiadas opciones más que ganar, puesto que una derrota es muy probable que deje a los de Lamas en un segundo lugar que nadie quiere. 

Así las cosas, y con los dos primeros partidos del Grupo ya jugados, será Argentina la que defina la estrategia. Anoche, los jugadores no dieron ninguna opción como terminante, aunque Prigioni fue quizá el más claro: "Contra Grecia queremos jugar bien, más allá del resultado, para sumar confianza".

La confianza es clave. España, en los Juegos Olímpicos del 2012, fue a menos en el cierre ante Brasil en la última jornada de grupos para evitar en una futura semi a Estados Unidos, y casi pierde contra Francia en cuartos. Le salió bien, pero arriesgó mucho. Aquí no parece haber mucho para elegir, más allá de un segundo punto importante: Serbia no está haciendo un buen torneo, pero su nombre inspira un respeto por historia y tradición que también tendrá su efecto. Y, por el contrario, Brasil, siendo posiblemente hoy más que Serbia, es un rival al que la Argentina le juega de otra manera, con condimentos extras que hacen del juego un ítem, pero no el único.

En cuanto al partido en sí, los griegos han mostrado solidez en este Grupo B, pero sin llegar nunca a generar una superioridad aplastante. Han construido sus triunfos con inteligencia, sin figura rutilantes, con altísimo reparto de minutos y goleo (11 de los 12 jugadores entraron en los 4 partidos, nadie supera los 25 minutos de media y 9 de los 12 promedian entre 5.5 y 11 puntos por juego. 

Katsikaris ha hecho un buen trabajo, serio. Calathes levantó ante Croacia después de un torneo sin muchas luces, mientras que Papanikolau sigue en deuda. Las principales figuras que han mostrado los griegos han sido su gente más potente: Bourousis (11 puntos, 8.8 rebotes, 2.8 asistencias) y el sorprendente Kaimakoglou, un barbado polirubro que lleva 11.3 puntos (máximo anotador), 7.5 rebotes (2º) y un increíble 8/11 triples cuando el equipo globalmente apenas tiró el 33%.

Para Argentina será fundamental repetir una estrategia ejecutada sin fallas, ya que tendrá que ofrecer cosas a cambio de no recibir otras. Acertar con las apuestas, no escaparse del libreto y mantener la intensidad defensiva aparecen como las claves de los de Lamas, que ayer, ante Senegal, demostraron que pueden disimular sus carencias defensivas si se aferran a un plan. 

Fabián García (Enviado especial a Sevilla, España)

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