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Si bien nadie se toma muy en serio el fin de semana del NBA All-Star Game, Allen Iverson lo llevó al otro extremo y lo vivió con total relajación. Es más, se descontracturó tanto que, durante el juego del 2001, se pasó de fiesta durante tres días sin parar. Luego de ese lapso, el escolta apareció en el evento totalmente descolocado. Todos pensaron que estaría un rato en la cancha y después se quedaría en el banco.

Sin embargo, el de trenzas hizo caso omiso y jugó todo el partido, terminando con 25 puntos, de los cuales 15 fueron en el último cuarto. Por si eso fuera poco, Allen fue elegido el MVP del encuentro y su equipo terminó llevándose el enfrentamiento por 111-110. 

Además, este All-Star fue muy significativo porque ambos equipos pelearon hasta el final para llevarse el partido, con defensas agresivas y con los jugadores peleando con uñas y dientes. A su vez, Allen Iverson tuvo uno de las mejores actuaciones individuales de todos los tiempos en este evento. 

Luego de tres días de fiesta, mucho alcohol y diversión, Allen volvió a demostrar su calidad, haciendo honor a su filosofía de poco entrenamiento y mucho partido. Una mala enseñanza para el resto de los jugadores que lo intentan imitar, pero una muestra de su talento desmedido, aquel que le permitió ser uno de los mejores escoltas kilo por kilo de la historia.