NBA 2018/19

¿Qué le pasa a los Rockets? Las claves de la caída más sorpresiva

15:04 11/11/2018 | Tras una fenomenal 2017/18, Houston no levanta cabeza en este inicio de temporada. Analizamos los motivos de ese presente.

Harden, uno de los que ha bajado su nivel en esta temporada

Más allá de haber perdido a dos jugadores importantes de la rotación, como Trevor Ariza y Luc Mbah a Moute, sumados a las dudas que generaba desde un principio el fichaje de Carmelo Anthony, lo cierto es que nadie esperaba que Houston tuviera una caída tan pronunciada en comparación a la 2017/18. Tras terminar con el mejor récord de esa temporada y de tener a Golden State contra las cuerdas en la final del Oeste (3-2 arriba), los texanos han comenzado con marca de 4-7 y por ahora, no han sido capaces de girar la página y recuperar su mejor imagen.

Motivos para explicar este inicio, más allá de los movimientos del plantel ya mencionados, hay muchos. Pero probablemente, el más curioso tenga que ver con el ritmo de juego. Lo que parecía imposible está sucediendo: un equipo de Mike D´Antoni ubicado entre los más lentos del torneo, utilizando apenas 97 posesiones por presentación (28° entre 30 equipos).

La realidad es que los Rockets no cambiaron demasiado su estilo con respecto a la 2017/18, pero ahí radica exactamente el problema. En la campaña pasada utilizaban prácticamente la misma cantidad de posesiones (97,6), pero para ese entonces, representaba la 13° cifra más alta del torneo. Lejos de otros equipos de D´Antoni, pero ni por asomo el puesto 28° de este año. El inconveniente está relacionado a la falta de ajuste: mientras todos alrededor de la liga han subido el ritmo a niveles históricos, Houston no se ha adaptado a esa nueva realidad. Siguen con sus ofensivas parsimoniosas, abusando del uno contra uno de sus figuras y en muchas ocasiones, utilizando los 24 segundos de posesión para tomar algún tiro forzado.

De nuevo, ¿jugaban a algo muy diferente en la 2017/18? No, pero no solo ha cambiado la propuesta de sus oponentes, sino que sobre todas las cosas, no están pudiendo repetir los porcentajes que mostraron en la última campaña. Houston tiene apenas la 27° ofensiva más eficaz de la competencia, aparece último en porcentaje de cancha (41%) y 28° en porcentaje de triples (32%). Este último dato no es para nada menor, teniendo en cuenta que toman casi 42 lanzamientos externos por partido (3° cifra más alta). Anthony está en un 33% en triples, Paul en un 29%, Green en un 26% y Gordon en un 23%. Demasiado bajo.

En resumen, los problemas ofensivos de los Rockets son claros: están jugando un básquet sin la menor fluidez (últimos en asistencias), en una liga que cada vez más busca correr en transición para conseguir lanzamientos abiertos. Para colmo, ni siquiera están siendo eficaces en esas situaciones de aislamiento, que tan bien supieron aprovechar en la 2017/18. Pocos y malos tiros, con bajos porcentajes. Y si a todo esto le agregamos una defensa que también ha dado un paso atrás (pasó de ser la 6° mejor a estar 20°), más una banca mucho más angosta que en la temporada pasada, nos encontramos con el peor cóctel posible.

Ahora bien, ¿se pueden mantener esos niveles de ineficacia? La sensación es que no. Tarde o temprano, jugadores como Paul o Gordon mejorarán sus porcentajes y ayudarán a que la ofensiva obtenga mejores resultados. Pero para un equipo que arrancó la 2018/19 con aspiraciones de pelear por el título, eso no parece ser suficiente. Los Rockets necesitan un cambio de fondo y para eso quizá sea momento de que D´Antoni desempolve su ataque de 7 segundos o menos. Después de todo, Houston necesita una inyección de velocidad y curiosamente, no de la mano de sus súper atletas, sino comandada por el maestro de 67 años que los dirige.

 

Juan Estévez / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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