Balance de Argentina en la última Ventana para la Americup
11:45 24/02/2025 | Aunque terminó primera en el grupo, el paso de la selección por la última ventana dejó muchas discusiones. Analizamos lo deportivo, que fue de menor a mayor.
La Selección Argentina terminó su participación en las Eliminatorias para la Americup 2025 primera en el grupo y con una victoria final en Colombia con contundencia. Sin embargo, a partir de lo relativo que es el clima en la gente desde las redes sociales, uno puede deducir que el balance de esta ventana no fue la de un clasificado en primer puesto. La derrota ante Venezuela dolió y el triunfo contra Colombia no terminó de revalidar la fe en el equipo. Nosotros haremos nuestro propio análisis, sin influencias.
Argentina jugó un partido claramente mal y otro más que bien. Contra Venezuela, pese a tener a Campazzo en el equipo, sin estar clasificado, se notó la presión de un grupo con no demasiada experiencia (más allá de Facu, Delía, Garino o Brussino), justamente frente a un rival con la necesidad imperiosa de ganar y con un grupo de veteranos muy acostumbrados a eso. Y de locales. Esa realidad superó a Argentina prácticamente los 40 minutos. Y así y todo pudo ganarlo si no hubiese tenido tan mal porcentaje en triples (21%) y tantas pérdidas (18). Pero perdió.
Contra Colombia, todo fue distinto. No había presión por clasificarse, tampoco del lado de Colombia, los colombianos no tienen las características defensivas de Venezuela y Argentina jugó más liberada. ¿Por qué con el mismo plantel un día tira 21% en triples y 3 días después lanza 46% metiendo 13? Bueno, hay muchas cosas que inciden: la defensa rival, la tranquilidad de los ejecutantes, la confianza que va dando el juego y mil cosas más. Tiró prácticamente la misma cantidad (29 y 28), sin ir por tiros desesperados contra los colombianos, salvo un poco al principio.
Vamos a lo puntual. Defensivamente, en ambos partidos Argentina hizo un buen trabajo, aunque contra Colombia sufrió mucho el rebote ofensivo rival, que tomó 24 en ese tablero. Increíble haber ganado por 16 con ese número. La ausencia de Delía por un lado y cierta fragilidad de los internos argentinos luego fueron clave. Cáffaro se puso con 3 faltas en el primer cuarto y a Fernández y Bressan les cuesta ese cruce físico con tipos grandes y duros, como Echenique, Tello o Ibargüen. Ahí hubo un déficit claro. Mejoró un poco con Aaliya, pero más por su capacidad para taponar que para tomar rebotes.
Ofensivamente fueron dos partidos distintos. Con más espacios ante Colombia y muy buena tarea de los dos bases (se dieron buenas parejas Vildoza-Corbalán y Marcos-Negrete), cuando hubo buena movilidad de balón se lograron buenos tiros y con ello buena efectividad. Ningún misterio. Es una regla básica. Quizá Colombia no presionó tanto, pero la energía de Argentina fue distinta. A pesar de que sabía que necesitaba ganar, porque después de estar invicto contra Colombia durante 22 partidos en la historia, no podía permitirse perder 2 veces de las últimas 3.
Argentina tuvo, eso sí, un juego absolutamente basado en el perímetro. Nunca pudo poner la pelota cerca del cesto para entrar y salir y todo se basó en los tiros a distancia, las penetraciones o los cortes al cesto. Hubo alguna aparición de Aaliya o Cáffaro, pero no con regularidad. Poquito en ese aspecto. Igual, lo que cuenta es que aprovechó su gran capacidad anotadora perimetral.
En ese sentido, hubo un gran debut de Negrete en el equipo argentino. Obviamente, no se soltó del todo, pero tuvo actitud para encarar al cesto y para tirar. Con más tiempo, es una alternativa muy viable. Lo mismo Aaliya, un pivote con características que nunca nadie antes tuvo en la selección. Atleta, juega arriba del aro, es fuerte y corre. Y no lo hizo, pero también puede tirar de tres. Valiosísima suma para el equipo argentino.
Del mismo modo, no nos quedó una sensación sólida de Cáffaro, el pivote de 2.15 que debería ser el centro titular del equipo del futuro. A Fran le está faltando la regularidad que da jugar siempre en algún equipo. Y Fran eso no lo tuvo nunca en su carrera todavía. Hace muchos foules porque llega a destiempo, o es demasiado enérgico, y eso se mejora con experiencia en la cancha, no en entrenamientos. Igual, con 24 años, tiene tiempo. Su figura es clave para el futuro argentino.
Brussino volvió a ser el tirador letal que es en un momento donde Argentina necesitaba puntos y no falló. Excelente aparición del santafesino, el único killer que tiene este equipo. Corbalán, esta vez, no estuvo certero, pero no negoció actitud defensiva y siempre fue al frente. Está empezando. Hay que tenerle paciencia.
Los bases cumplieron con creces. Vildoza demostró otra vez que si tiene que ser el líder desde la base lo puede hacer y seguramente ahora el problema será para Prigioni cuando en agosto puedan estar todos (ojalá). Igual, siendo Luca Vildoza o el propio Pepe jugadores que pueden actuar de dos, es posible que haya lugar para todos, incluido Marcos, que es más base organizador y se complemente bien con el cordobés. Juani generó juego anoche para él y para el resto.
En relación a los que hace más tiempo que están. Pato Garino siempre funciona de rueda de auxilio, en defensa, en tiro, en el rebote. Acá tuvo los problemas de todos por el físico de los colombianos, pero clavó dos bombas en momentos importantes. Juan Fernández siempre parece que puede jugar más, pero igual es y será un referente por su juventud y sus 2.10. Empezó tirando dos triples apresurados pero después se estableció y peleó como todos. Otro caso de uno que rinde siempre: Juampi Vaulet. Su ingreso fue clave para frenar el monopolio interior de Colombia en el primer cuarto. Le puso tamaño, potencia y versatilidad, como había hecho también en Mar del Plata. Hoy no hay muchos que puedan hacer eso, sobre todo si no está Delía.
En resumen: un partido muy malo que a muchos les tapó lo bueno que hizo Argentina contra Colombia. Más la cuestión del entrenador, que también estuvo mucho más lúcido anoche y quizá más conectado con su rol. No va a ser sencillo este proceso de retorno a las máximas competencias internacionales, por eso lo mejor será aislarse lo máximo posible de la mala energía, sin que eso implique no concentrarse en las fallas y en un plan con la vista puesta en Catar 2027. Eso es ya, porque la carrera empieza en noviembre.