Análisis

Lecciones tras la derrota ante Venezuela: ¿es para preocuparse?

16:47 26/02/2022 | Argentina jugó su peor partido en el historial de ventanas FIBA, pero lo peor no fue eso, sino cómo perdió ante Venezuela.

Venezuela jugó el partido como una final del mundo (FIBA)

Cuando FIBA decidió que la clasificación al torneo más grande que organiza, el Mundial, se hiciera con un sistema similar al del fútbol, con Eliminatorias a jugar durante un año y medio, incorporó lógicamente muchas cosas que pasaban con los partidos de fútbol de ese tipo. Primero: poco tiempo para entrenar. Segundo: traer jugadores desde Europa para que lleguen y jueguen (bien) a los 6-7 días (o menos). Adaptarse al juego sudamericano cuando vienen de las mejores ligas del mundo. Muchas cosas. 

Argentina supo hacerlo muy bien hasta ahora. Las ventanas del 2019 las jugó de forma impecable, perdiendo apenas 3 partidos (2 por un punto en Puerto Rico y Estados Unidos), logrando la clasificación mucho antes del final para el Mundial. En las de la Americup 2022 tuvo percances, con pandemia de por medio, cambio de DT (Hernández se fue a dirigir al Zaragoza y quedó Piccato), más las ya habituales ausencias de los jugadores de Euroliga-NBA. 

El proceso de Néstor García en noviembre empezó bien, con dos victorias claras. Ante Paraguay. Sin desmerecer a los vecinos paraguayos, no eran una medida para saber dónde estaba parado el nuevo equipo, pero Argentina cumplió lo que tenía que cumplir: ganar y por más de 20, para el bendito ranking FIBA que tanto preocupa ahora. 

Venezuela planteaba un desafío diferente. En todo sentido. Primero, apoyado por un público que haría (hizo), que fueran locales en Buenos Aires. Segundo, porque tiene jugadores ideales para estos partidos. Tercero, porque tiene un entrenador que ya también los tiene moldeados a su estilo, como el propio García lo hizo entre el 2013 y 2017. Y Argentina no estuvo a la altura. ¿Por qué? No hay una sola razón, y habrá algunas que desconocemos. Entrenarse poco se entrenan todos poco. No es excusa. 

Lo primero que diremos es que cuando terminó el partido, lo que sentimos fue que Venezuela le metió a Argentina una trompada en el mentón en el minuto uno, del que Argentina nunca se recuperó. Jugó grogui todo el partido. Desorientado. Sin saber cómo salir del laberinto. Sin ideas, ni desde el banco ni desde los jugadores. Es más, por momentos pareció que los jugadores empezaron a tomar muchas decisiones por su cuenta. Eso fue lo más extraño. 

También resultó extraño ver sin su enorme capacidad para responder con ajustes al Che. Si algo caracteriza al bahiense es su viveza y su repentización para proponer cosas que modifiquen una situación adversa. Ayer, nada de eso ocurrió. Venezuela jugó desde el minuto 1 al 40 casi igual, con intensidad defensiva al máximo, dureza, ganas, ir a por todos los balones como si fuera el último, ir a todos los rebotes como si fuera el último. 

Argentina se vio superada en todo momento, no hizo modificaciones tácticas que, al menos, intentaran cambiar un ritmo que lo agobiaba, y ni siquiera se puso más dura para plantar batalla. Del lado de los jugadores, Luca Vildoza estuvo muy lejos de su nivel, algo lógico por los casi 6 meses de ausencia, aunque teniendo en cuenta eso, arriesgando demasiado en cada ataque en lugar de buscar situaciones más simples. 

Brussino, siendo el mejorcito de Argentina, buscó por momentos responder con agresividad excesiva, algo que no es natural en él, pero pareció entendible. Romano estuvo extrañanamente ausente siendo un partido para un juego físico más a su estilo, Delía cumplió, Delfino alternó buenas con malas, a Aguirre se le hizo muy difícil cambiar la dureza defensiva del equipo y el resto casi no tuvo participación. Poquito de Schattmann, Taya, Aguerre y Barreiro. 

Quizá un cachetazo así haya venido bien, temprano, para darse cuenta de que a la Argentina no le sobra ni le va a sobrar nada para llegar al Mundial. Le pasó algo relativamente parecido en las del 2019, cuando cayó en Olavarría ante Uruguay y, a partir de ese golpe (ese día además estuvieron todos menos Campazzo), hilvanaron 7 triunfos en fila. 

Si bien en la próxima ventana podrán estar los de la NBA y Eurolioga (tampoco son tantos), estos partidos en casa eran y son claves para no sufrir a lo largo del proceso. El cambio post Tokio es muy grande sin Scola y con cambio de coach, y los Juegos demostraron que si nos apartamos del camino de la máxima preparación de cada juego, lo más probable es pegársela en la frente. Venezuela fue un aviso. Solo eso. No es para hacer un drama, pero tampoco para ignorarlo. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

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