Informe

Yannick Nzosa, el niño de 16 años que deslumbra en la acb

09:48 08/10/2020 | España ha visto en las últimas décadas el surgimiento de jóvenes súper talentosos a edad temprana. Nzosa es la última aparición.

Nzosa, la ilusión que vive en Unicaja (Foto acb)

Pocas ligas en el mundo pueden darse el lujo de mostrar en su historia los debuts de figuras como Ricky Rubio o Luka Doncic con 14 y 16 años, respectivamente. Dos figuras que llegaron a los más alto de la NBA, pero que tuvieron a alguien que vio en ellos el talento necesario para hacer sus primeras armas sin necesidad de chequear la fecha de nacimiento. 

El caso de Ricky es conocido. Y su mentor no podía ser otro que Aíto García Reneses, en el Joventut constructor de estrellas, allá por octubre de 2005, cuando a Ricky todavía le faltaba una semana para cumplir 15 años. Rubio fue tan precoz que cuando se fue a la NBA, con 20, parecía que ya había vivido la vida de un veterano. De hecho, ¡todavía no cumplió 30! Vida a alta velocidad, si las hay. 

El caso de Doncic fue quizá más esperado, porque el mundo hablaba del genial esloveno que el Madrid se había llevado con 13 años, y que hizo debutar Pablo Laso con 16 años y dos meses en octubre del 2015. Como Ricky, a los 18 ya dominaba España, así que su curso natural fue irse a la NBA, donde explotó este año.

Hoy, los españoles están viendo otro caso en ciernes, pero quizá no tan previsto. Se trata de Yannick Nzosa, un congoleño nacido en Kinshasha, que empezó de arquero de fútbol, que luego fue reclutado por Stella Azzurra de Italia, que el año pasado llegó a Unicaja, con conflicto legal en el medio (FIBA le hizo pagar 25.000 euros al Stella Azzurra por su pase) y que por ese conflicto no pudo ser tenido en cuenta en la 2019/20. 

Ahora había dado algunas muestras de su talento en la pretemporada. Es un atleta potente y sus 2.08 lo convierten en un potencial interior de los que no sobran. El entrenador Luis Casimiro no se animó a mandarlo a la cancha en los dos primeros partidos de la acb pero en el tercero lo puso y el pibe no perdió ni un segundo: clavó 10 puntos en 18 minutos con 5/5 de cancha y terminó siendo determinante para el triunfo 81-78 ante el Andorra.

Seis días después, contra el Manresa, ahora de local, Casimiro ya no se lo pensó tanto y otra vez fue con Nzosa al campo, y otra vez el muchachito metió 10 puntos (4/4 en cancha), pero ahora en 12 minutos. No le alcanzó para salvar al Unicaja de la derrota 90-86, pero lo del chico es notable: 10 puntos y 2.5 rebotes de media en 15 minutos, sin fallos. 

No nos subiremos al tren que ya lo coloca entre los 10 primeros del draft de no sabemos cuándo (2022, mínimo), pero está claro que si progresa al ritmo que viene mostrando, estaremos en poco tiempo hablando de otro niñato que tuvo su chance, no la desperdició, y se comió el mundo. 

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