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El seleccionado argentino masculino de básquet finalizó séptimo en los Juegos Olímpicos de Tokio y el rendimiento no igualó lo realizado en el Mundial de China dos años antes. Las lesiones, el Covid, los bajos porcentajes y muchas otras cuestiones atentaron contra las expectativas, pero el proceso sigue manteniéndose firme.

Uno de los puntos trascendentales por el que el plan continúa es la dosificación entre la media de edad que poseen quienes fueron convocados a la preselección que compitió por un lugar entre los 12 que viajaron al continente asiático.

Tras el retiro de Luis Scola del seleccionado, Nicolás Laprovittola quedó como el más veterano del plantel con apenas 31 años y luego lo siguen Facundo Campazzo (30) y Marcos Delía (29).

Detrás de ellos no hay nadie que supere los 29 y Patricio Garino, Nicolás Brussino y Tayavek Gallizzi se mantienen con 28, lo que refleja la juventud de un equipo que todavía sigue renovándose.

Una muestra clara de eso es que, si se evalúa la preselección que convocó Hernández, quienes siguen debajo de ellos son Luca Vildoza, Gabriel Deck (26 cada uno) Juan Pablo Vaulet (25) y Máximo Fjellerup (23).

La franja continúa reduciéndose con Lautaro Berra (23), Francisco Cáffaro (21), Leandro Bolmaro (20) y Juan Fernández (18), con un proyecto que sigue apostando a los proyectos jóvenes en base a jugadores que vienen sumando armas nacional e internacionalmente.

Con la AmeriCup 2022, el Mundial 2023 de Filipinas, Japón e Indonesia, y los Juegos Olímpicos de París 2024 asomándose gradualmente, Argentina se renueva y mantiene un interesante desafío por delante.

En el horizonte ya no está Scola, pero su legado se mantiene vivo y los nacionales buscarán darle orgullo apostando por las mismas máximas que siempre dejó en claro el capitán.

“Obviamente que hay un antes y un después porque como él no habrá nunca nadie. Ahora nosotros tenemos que liderar desde la experiencia que tenemos, intentar hacer lo mismo que hacíamos cuando estaba Luis o tratar de empujarnos como lo practicaba él. Pero como él nunca hubo nadie y nunca habrá nadie, entonces va a ser muy difícil suplir su ausencia como persona y jugador.  Ahora tenemos que trabajar el doble, hacer las cosas lo mejor posible.  Necesitamos eso, que cada basquetbolista de los 12, 13 o 14 que estemos ponga lo mejor de sí, su granito de arena por la selección”, le explicó Campazzo a Básquet Plus.

La idea no se negocia y como explicó el guardia de los Nuggets, se mantendrá por los próximos años, independientemente de quién sea el técnico o los jugadores que participen en los torneos.

Defensa en primera línea, selección correcta de tiros, creación en el pick and roll y letalidad en las transiciones continuarán siendo las máximas de un plantel que todavía tiene muchísimo para dar. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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