NBA

La noche que el Gorila de los Suns humilló a Oliver Miller

08:45 14/08/2022 | La mascota de Phoenix es de las más famosas en la NBA y aquella que va al límite con sus bromas, como aquel juego donde el pivote visitó a su exequipo y no la pasó nada bien.

Oliver Miller, burlado por el Gorila (Foto: Getty)

Oliver Miller es reconocido por ser uno de los jugadores más grandes que haya pisado una cancha en la NBA y cuando se habla de ese ajetivo calificativo es literal, puesto que el pivote ha tenido una lucha constante, y al parecer no tanto, con su peso, el cual siempre estaba en niveles considerablemente elevados para un atleta de alto rendimiento.

Llegó a pesar hasta 170 kilos mientras era miembro de los Kings en Sacramento y si bien su cuerpo estaba preparado para soportar ese peso, su juego habló de que podría haber tenido una carrera más prolífica, sí hubiera podido controlar esa situación, la cual desde ya no es fácil de hacerlo. Miller se dio el gusto de jugar una final de la NBA con los Suns en 1993, justamente la franquicia que confío en él y los seleccionó en el pick 22 del Draft del 1992. En su año rookie, Big O sorprendió a todos con su rendimiento (5.6 puntos y 4.9 rebotes) y en playoffs elevó a 7.2 su promedio de anotación.

“Oliver podría ser un All Star si solo aprendiera a decir dos palabras ‘estoy lleno’”, detalló en alguna ocasión Charles Barkley, hablando bien y mal a la vez de su compañero, quien no obstante continuó mejorando en su segundo año en Phoenix y cuando entró en la agencia libre, optó por tomar otro destino hacía Detroit.

La carrera de Miller en la NBA fue bastante digna con buenos momentos como cuando formó parte del Draft en expansión y pasó a los Raptors, teniendo una media de 12.8 puntos por juego en Canadá, siempre con su denominador común en los comentarios, su peso. Su opulencia física de lo ancho fue motivo de burlas en casi todas las cancha, en tiempos donde el bullying no tenía tanta connotación como ahora o no se tomaban tantas cartas en el asunto. Esta cuestión se vio excerbada al límite cuando el Gorila, la mascota de los Suns, para entretener y divertir al público salió a la cancha disfrazado de un gorilla bien gordo, bien grotesco y la camiseta número 8 de los Kings perteneciente a Oliver Miller, antes venerado por el animador y luego burlado.

“Era amigo de él”, expresó Miller en Fox 10 hace unos años y luego agregó: “Entiendo que es un negocio y él tiene que entretener, pero lo que me molestó fue que aquella noche estaban mis hijos en el juego y estaban más heridos que yo al ver ese espectáculo”.

Las épocas cambian para bien a veces y hoy ese tipo de número no estarían permitidos, puesto que herir la susceptibilidad de una persona tan directamente no es algo de lo que el público debe enorgullecerse, sino todo lo contrario. Una historia del pasado que sirve para comprender momentos de la vida, donde el bullying ya no es bien visto en ningún lado y aunque se siga practicando, cada vez está más fuera de lugar y eso es lo que realmente importa.

Mauro Osores / [email protected]
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