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Como se explicó en numerosas ocasiones en Básquet Plus, Oklahoma City no está realizando tanking esta temporada, aquella palabra que se utiliza en la NBA para la práctica de perder la mayor cantidad de juegos con el objetivo de escalar posiciones en el Draft.

El Thunder tuvo una de las mejores defensas de la NBA el mes pasado y la histórica derrota ante Memphis 79-152 reavivó las llamas de un conjunto que está luchando por sobrevivir en la liga con un plantel sumamente joven, que esa noche contra los Grizzlies no contó con sus dos principales prospectos, Josh Giddey y Shai Gilgeous-Alexander.

Así y todo, John Hollinger, ex vicepresidente de operaciones de los Grizzlies hasta el 2019, y actual columnista de The Athletic, lanzó una durísima crítica hace la organización en ese medio, hoy uno de los más respetados de los Estados Unidos. 

“Es hora de intervenir y poner fin a esta vergonzosa farsa de tanking en Oklahoma City. El Thunder lleva 6-16 hasta ahora, 30º en ataque y 29º en rating neto. El Thunder ya perdió tres veces contra los Rockets. Peor aún, casi pierden contra los Lakers”, explicó el periodista.

“Esto después de que el Thunder terminara la temporada pasada con 2-22 en sus últimos 24 partidos, otra pieza de un flagrante tanking que no muestra señales de terminar pronto. Están pagando a Derrick Favors 10 millones de dólares para que juegue los primeros cuatro minutos de cada segundo cuarto y a Kemba Walker 27 millones de dólares para que no juegue con ellos en absoluto. Es hora de devolver algo de respetabilidad a un equipo del Thunder que negoció todo lo que no está clavado y tiene un apellido con menos de 17 letras, todo en pos de una pila de selecciones del Draft que harán ¿qué, exactamente? ¿Traer buenos jugadores que reconstruyan la franquicia?”, agregó John.

“Todos vimos lo bien que funcionó en Philadelphia. Todo lo que los Sixers lograron fue un centro de franquicia para emparejar con Ben Simmons junto a Jayson Tatum, Jerami Grant, Mikal Bridges, Markelle Fultz, Anzejs Pasecniks y Zhaire Smith. Sin embargo, te diré lo que este equipo del Thunder puede hacer de inmediato: intercambiar dos de esos picks de segunda ronda que tiene acumulados por unos cuantos meses de Ish Smith. Todavía está por aquí, y estoy bastante seguro de que OKC es uno de los tres equipos en los que todavía no jugó . Un movimiento como ese devolvería instantáneamente algo de respeto a esta franquicia, como lo hizo en Philly, pero no verás a Sam Presti haciendo eso. Parece maniaticamente centrado en otras prioridades, como encontrar buenos jugadores para dentro de tres años, cuando este equipo pueda realmente competir”, siguió Hollinger.

“Y ya que estamos acá, ¿realmente van a confiar este lío a Presti, con esas gafas de diseño? Puh-leez. Este tipo no recibiría ni la hora en Milán; vuelve a llamarme cuando lleve algunas camisas con cuellos más altos. Además, si esta es una oficina delantera tan progresista, uno pensaría que habrían oído hablar de Lasik. ¿Qué hizo por ellos últimamente además de intercambiar jugadores que no querían estar allí por un millón de selecciones del Draft? Y una vez que se haya ido, ¡comencemos a gastar! El Thunder tiene 34 millones de dólares de margen de maniobra que decidieron no utilizar, en lugar de cargar con algunos jugadores más jóvenes que están claramente por encima de sus posibilidades en un partido de la NBA (la mayoría de los que participaron el jueves, por ejemplo). Imagina cuántos veteranos podrían haber traído ya para ver cuartos con Favors y Mike Muscala. Habla con otros ejecutivos, como hice yo, y se hace más evidente que ésta es la solución. Ya podés oír las risas en otras oficinas de la liga, como las que no tienen suficiente seguridad en el empleo o compromiso de los propietarios para embarcarse en una reconstrucción a largo plazo como ésta. Oirás su obvio escepticismo sobre el enfoque de los Thunder con lamentos como "Ojalá pudiéramos hacer esto, pero nuestro propietario..." y "debería ganar el premio al Ejecutivo del Año".

“Dentro de unos años, los fanáticos del Thunder seguirán lamentando que hayan ganado 17 partidos este año en lugar de 25, y que esta evidente mala gestión sea la razón. ¿Y para qué? ¿Múltiples selecciones de lotería propias, más las primeras de otros equipos en 2022, tres en 2023 y tres, incluyendo una de la humilde Houston, en 2024? No parece que merezca la pena el cambio”, sentenció el reportero.

Además, habló de la actualidad: “Si miramos al futuro, es difícil imaginar que un equipo con Josh Giddey, Shai Gilgeous-Alexander, un par de selecciones de lotería más altas con contratos de novato y varios otros jugadores de primera ronda se conviertan en algo importante, no cuando sólo tendrán 50 millones de dólares más o menos para rellenar la plantilla en el verano de 2023 antes de volver a firmar a Lu Dort con los bird rights. Se necesitarían tres años enteros de maldad para llegar a ese punto; ¿acaso se acaba el sufrimiento? Afortunadamente, hemos sido bendecidos con un comisionado fuerte que sabe cuándo intervenir y corregir los errores obvios. No se puede permitir que este destructivo asunto de la "reconstrucción" continúe, no cuando la dirección sólo llegó a los playoffs 10 veces en 11 años con cuatro apariciones en las finales de conferencia en un mercado de nada antes de embarcarse en la reconstrucción”.

“El jueves fue la gota que colmó el vaso. Es el momento, Adam. Ya sabés lo que tenés que hacer”, finalizó.