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Leandro Bolmaro desembarcó hace poco en la NBA y está provocando mucho ruido en las redes sociales gracias a sus lujosos pases y una caradurez que siempre lo acompañó. Detrás de eso hay incontables horas de trabajo y una capacidad de adaptación rápida al lugar que le toque ir.

Con tan solo 21 años ya vivió muchas mudanzas. Primero pasó desde Córdoba a Bahía Blanca, luego a Barcelona y finalmente arribó a Minnesota. Soportar ese frenesí no es para cualquiera y el de Las Varillas está demostrando que puede conseguirlo.

Si bien los amistosos son de preparación y las conclusiones deben tomarse con pinzas, en el caso del cordobés esta clase de partidos vienen sirviendo de adaptación y diagnóstico para conocer adónde está parado.

La mayor distancia entre el aro y la línea de tres puntos, una menor tolerancia a la presión defensiva y la capacidad atlética de los rivales para corregir lanzamientos en cualquier zona de la cancha son algunas de las cuestiones en las que Bolmaro se encuentra percibiendo el nuevo contexto y respondiendo.

¿De qué forma lo está haciendo? ¿En qué situaciones se destaca? ¿En cuáles todavía le cuesta? Afortunadamente, la evaluación se va delimitando y sus fortalezas y debilidades van estableciéndose.

Ofensivamente está luciendo muy bien en la generación, aprovechando su curso acelerado como armador la temporada pasada de la mano de Sarunas Jasikevicius para detectar las ventajas y crear oportunidades para sus compañeros.

Hasta ahora logró solo dos asistencias con los Timberwolves, pero su capacidad como generador quedó más que clara. El mejor de los ejemplos se dio en esta acción. Llega la cortina, detecta el cambio y modifica la dirección para romper por el eje. Pausa, una leve finta y pase para Nowell, que castigó con el triple. 

Lo mismo en esta jugada, en la que sumó su primera entrega en la NBA. Recibe el balón, toma el pick y al detectar el hundimiento de grande en una especie de cambio le da un pase de pique a su compañero tras tomar desprevenida a toda la defensa. 

Además, los Timberwolves conocen su talento como generador y le están dando la chance de crear en las cortinas directas con el balón en sus manos, a lo que el argentino está respondiendo con ese punto siendo el aspecto más positivo en lo que va de la pretemporada.

“No tiene miedo de poseer el balón en las manos. Deberá seguir aprendiendo día a día, es parte de su adaptación a la NBA”, dijo su entrenador, Chris Finch, luego del debut de Bolmaro ante los Pelicans.

Aprender, crecer e impactar como generalmente lo hace, ese es el diagnóstico del cordobés hasta el momento, con su principal deficiencia partiendo del tiro exterior, debido a que todavía no logró convertir de tres puntos en los amistosos.

Falló los tres triples que intentó hasta ahora, con el detalle de que tuvo buen posicionamiento y seleccionó bien los lanzamientos en todos esos casos, sin el éxito del punto final. Viene de una campaña en la que tiró un 41,8% desde la tercera dimensión, pero el ajuste de la aproximación todavía le juega en contra.

En consecuencia, de momento busca las oportunidades en la media distancia, tanto en el pick and roll luego de una pausa o al cortar desde el sector contrario cuando la ofensiva parece estancarse.

Por otro lado, defensivamente también continúa dejando buenas sensaciones, conteniendo en el uno contra uno y, especialmente, en el posicionamiento, la actividad de manos y la cobertura en el lado indirecto.

En esta acción ante los Pelicans, por ejemplo, decide muy bien salir a ayudar en el contragolpe, todo mientras contiene la caída del grande para que denegar el pase. Primero busca forzar el robo y luego molesta en el lanzamiento. Insoportable.

No solo eso, su actividad vocal no deja de impresionar y frecuentemente busca ordenar a los compañeros con los que comparte cancha. Sarunas Jasikevicius, desde España, lo debe mirar orgulloso, esa comunicación defensiva es parte de la esencia del lituano y el cordobés lo está aplicando.

Todavía queda un largo proceso por delante, pero si algo está claro que es que Leandro Bolmaro puede llegar a convertirse en un sólido jugador de la NBA. Poco a poco subirá de peldaño y seguirá escribiendo su propio diccionario. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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