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Los fanáticos, compañeros y toda la ciudad de Milwaukee estaban sumamente excitados luego de la noticia que confirmaba que Giannis Antetokounmpo continuaría en los Bucks tras acordar una renovación de contrato por cinco años y 228 millones de dólares. Quien tampoco estuvo exento del festejo fue el entrenador del equipo, Mike Budenholzer. 

Fue el propio técnico el que incluso admitió que tuvo que controlarse en el momento en que se enteró del hecho. El exasistente de Popovich en los Spurs comentó cómo sus hijos le enviaron mensajes de texto con la noticia cuando salía de las instalaciones de práctica de los Bucks en Milwaukee a principios de esta semana, y que tenía que asegurarse de no pasar un semáforo en rojo mientras celebraba.

"Fue muy bueno. Mis dos hijos, Will y John, me lo hicieron saber. Así que estaba super emocionado por eso y pensé que podría darse, pero nunca supe cuándo ni cómo ni en qué momento exacto. Es divertido", comentó diciendo Mike en una nota con el periodista de The Athletic, Eric Nehm.

Lo que ni él creía que podía pasar era un posible accidente: "Fue un momento de ´no te pases el semáforo en rojo´. En medio de la emoción, pude honrar la señalización, detenerme y gritar y gritar un poco con mis chicos ". 

Hubo muchos rumores en torno a la superestrella de los Bucks antes de que decidiera firmar. Si bien la organización confiaba en que Giannis lo haría, el nerviosismo se acrecentaba a medida que se acercaba la fecha límite y no había acuerdo, especialmente con tantas rumores sobre él en la agencia libre.

Mike ya no correrá peligro y los Bucks podrán volver a buscar el anillo con el griego en sus filas. Wisconsin, sus ciudadanos, los compañeros de Giannis y el universo entero de los Bucks respiran tranquilos. Se quedó el ídolo. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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