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Giannis Antetokounmpo es un personaje atípico en la NBA. No viste de manera extravagante, huye de los excesos, se enfoca en su juego y solo se dedica a realizar su trabajo. No le importa la fama. Quiere competir y ganar. Además, su familia es todo y su historia lo curtió para aprender a valorar su presente y, especialmente, ser solidario con los suyos. 

El periodista Chris Mannix de Sports Illustrated dejó un ejemplo claro de eso cuando en 2014 divulgó un hecho que había pasado desapercibido en la opinión pública por el perfil bajo del griego que cinco años después disputó el Mundial de China. Resulta que el jugador de los Bucks se había quedado sin dinero y no tenía forma de irse al Bradley Center, el estadio en el que Milwaukee auspicia de local. Lo salvó una pareja.

"El sábado 23 de noviembre, hacía frío en Milwaukee (menos de 20 grados por la tarde). Estaba de compras en el área de Brady Street (el lado este de la ciudad, a unos minutos del BMO Harris Bradley Center) con mi novio. Vimos a un tipo alto que pasaba corriendo y nos parecía familiar. Pasé junto a él de nuevo a cuatro cuadras de distancia y me di cuenta de que era Giannis. Frené el auto, bajé la ventanilla y le pregunté si quería que lo llevara.´¿Vas al Bradley Center?´, preguntó y le dije que sí. Llevaba solo un escueto abrigo", confesó la protagonista Jane Gallop en una nota para Brew Hoop.

Al subirse al auto el interno explicó el motivo de su inédita locura: "Me contó que su tarjeta de crédito no funcionaba y que había enviado toda la plata que tenía a su familia en Grecia. Nos agradeció una y otra vez por el viaje. Conseguí un autógrafo (¡en griego!), pero no pensé en sacarme una foto (estoy muy arrepentida). ¡Imagínese una foto de él en el asiento de atrás de mi Honda Fit".

Simpleza, sencillez e identificación con la ciudad. Todas esas cosas hacen a Giannis un personaje muy querido por su comunidad. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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