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La temporada de Brooklyn tenía pinta de ser épica y desfilar hacía el título con los grandes nombres que componían su plantilla o podían ser el fracaso absoluto por no lograrlo. Y a pesar de no haberse dado lo segundo, ya que nunca pudo jugar con el equipo completo, el duelo definitorio de la serie ante los Bucks desnudó por completo la dependencia de Kevin Durant y este mostró una vez más su grandeza metiendo 48 puntos y rompiendo el récord histórico de más puntos anotados en un juego un juego siete.

Los 48 puntos (17/36 cancha), 9 rebotes y 6 asistencias lo pusieron a KD como el máximo referente de su equipo en la ofensiva y Nash quemó todos sus papeles y fue a lo simple, la pelota siempre a Durant y que nos salve. En ese contexto, el ex Thunder asumió el reto y no paró de anotar en todo el juego y así fue que destronó al récord que ostentaban Sam Jones y Dominique Wilkins con 47 puntos cada uno.

Jones lo hizo en 1963 con Boston Celtics derrotando a Cincinnati en 1963 y Dominique Wilkins lo hizo en la caída de sus Hawks ante los Celtics en 1988. Durante la actual temporada de la NBA esa marca estuvo a punto de romperse cuando Luka Doncic metió 46 en el séptimo partido ante los Clippers, aunque claro que el contexto dirá que ese juego estuvo definido bastante tiempo antes de la bocina final.

Kevin Durant y una muestra de vigencia tras la rotura del tendón de Aquiles, esta vez no le alcanzó pero está claro que si los Nets trabajan duro en la temporada baja físicamente con sus tres estrellas, la sed de revancha del tridente será difícil de maniatar para el resto de la liga.