Informe

Lionel Scaloni y una conducta muy Generación Dorada

17:29 17/11/2022 | A días del comienzo del Mundial, esta Selección Argentina de fútbol ilusiona no solo por su nivel futbolístico, sino por el tipo de liderazgo de su coach.

Scaloni con Manu Ginóbili, en una visita del bahiense al equipo de fútbol cuando estuvieron en San Antonio en el 2019 (Getty)

Fútbol y básquet no se parecen demasiado en nada, pero hoy en día, hablar de entrenadores de deportes profesionales sí tiene mucho en común. En general, al más alto nivel mundial, deben lidiar con las mismas situaciones: presión, manejo de egos, de personalidades distintas, de deportistas que ganan millones de dólares y de situaciones puntuales que no tienen que ver con saber o no del deporte en cuestión. 

En básquetbol, en los últimos 25 años, la Selección Argentina fue modelo, y no solo a nivel local, sino a nivel mundial. Junto con España, fue el equipo que mantuvo una línea de gestión, de conducta, de preparación y de comportamiento que dejó siempre bien parada al equipo, más allá de resultados buenos (muchos), medianos (varios) o malos (poquísimos). 

Sin entrar en una comparación detallista, los que sin ser del ambiente del fútbol, vemos lo que viene ocurriendo con Lionel Scaloni y el plantel desde que asumió allá por fines del 2018, tiramos algunas líneas entre ambas selecciones y evidentemente hay puntos que las enlazan. Lo primero, su entrenador, que ha logrado meter a todos en el mismo barco con buenos hábitos: apoyo, mesura, bajo perfil. No ha habido muchos con esa imagen en la selección en estos años, salvo Alejandro Sabella, no casualmente finalista en el Mundial 2014 con algunos de los líderes de este actual equipo (Messi, Di María). 

Por otra parte, algo no muy común en el fútbol de este lado del mundo (en el europeo quizá se ve más, con tipos como Guardiola -aunque con alto perfil- o Jurgen Klopp, por citas dos casos), es escuchar a entrenadores, que en el caso de Scaloni tienen nula experiencia dirigiendo clubes y poca dirigiendo selecciones, hablar con una tranquilidad que serena a los demás. Que permite ir a un torneo sin el exitismo habitual de hay que ganar como sea o de que van a dejar la vida en la cancha. Conceptos de la prehistoria. 

No podemos saber qué corre por dentro del cuerpo de Scaloni, y si una vez en el Mundial sus formas podrán cambiar, pero la realidad es que en estos 4 años, eso no ha pasado, y haber ganado una Copa América en Brasil, siendo el único título de Messi con la mayor, con todo lo que eso implica, sin haber modificado su discurso, es una excelente señal. 

De alguna manera, lo que Scaloni refleja, dice y hace, es que lo único verdaderamente importante ante campeonatos como un Mundial de fútbol, es prepararse al mejor nivel posible, quedar vacíos de energía después de cada partido, y luego respetar que se puede ganar y se puede perder porque enfrente hay un rival con las mismas intenciones que el propio.

Desdramatizar en el fútbol es para valientes, y la Generación Dorada demostró en estos años que siempre fue valiente, sobre todo cuando le fue mal. Scaloni, con sus jóvenes 44 años y mucho recorrido por delante, parece empezar a desandar un camino con buenos hábitos, que a la larga son los que construyen a los grandes campeones, a veces incluso sin ganar. 

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