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Sin dudas está temporada para Quimsa se define en consolidación. Un proyecto que hace años avanza a paso firme y que este año esas pisadas buscan dejar una profunda huella. Un timonazo a mitad de temporada, que trajo a Leandro Ramella al barco, demostró que este año no hay objetivos tibios y todo es para ganar. De lo que ya consiguió podemos nombrar un segundo puesto en temporada regular y unas semifinales en Champions League de las Américas, pero todavía hay más. 

Los pequeños premios que Quimsa alcanzó son menores de lo que demostró hasta ahora. En fase regular, apenas 10 partidos perdidos y 28 victorias, lo que le permitió ser segundo y clasificar directamente a cuartos de final. Desde que empezó en esos cuartos, no perdió ni un solo partido. Dos barridas consecutivas, primero a Regatas por 64-57, 90-87 y 89-86, victorias ajustadas que exigieron y pusieron a prueba el músculo santiagueño. 

En semis vino un rival todavía más serio, Gimnasia de Comodoro Rivadavia, el equipo del MVP de la temporada (Mencía). En esta serie la fusión desplegó su mejor nivel y ganó por 83-69, 91-77 y 84-74, un margen de más de 12 puntos por victoria. Hay que sumar todos estos logros en fila a como terminó la temporada regular, con 5 victorias al hilo. Su última derrota data del primero de abril ante Gimnasia nuevamente. Es decir que el barco de Ramella navega en tranquilidad hace más de dos meses, excelente forma de pisar unas nuevas Finales.