La triste historia de Sprewell que le recordaron en su arribo a los Knicks
22:30 20/08/2022 | El escolta llegaba desde los Warriors con la mochila de haber intentado ahorcar a un entrenador y un incidente familiar que quería tener oculto, pero no pudo.
Latrell Sprewell fue uno de los últimos ídolos que pasó por el Garden y de esos personajes fuertes que de entrada supieron llevar puesta la camiseta de los Knicks con valentía y buen baloncesto. No obstante siempre fue un jugador controvertido, con una personalidad entre callada y al límite de estallar en cualquier momento, como cuando decidió tomar por el cuello a PJ Carlesimo, quien era su entrenador en los Warriros.
Aquel episodio lo dejó fuera de las canchas un largo rato y antes de su vuelta en los Knicks sufrió un accidente familiar doméstico que lo marcó para siempre. Los Sprewell tenían como mascota a un perro de raza Pitbull, quien mordió a una de sus hijas y le quitó su oreja por completo, un verdadero dolor y trauma familiar que el propio Spre quería sostener puertas adentro y pasar desapercibido.
Pero claro en Nueva York, nada es lo mismo, todo se sabe y todo se pregunta y así que lo primero que hizo que Sprewell se entere que jugaba para los Knicks, es que la prensa le iba a estar encima en cada detalle y desecharon la posibilidad de hablar de lo de Carlesimo por lo de su hija y su perro.
“Pude responder esa pregunta, debido a que había pasado algún tiempo desde el incidente. En ese momento no quería que la gente supiera sobre eso o intentara averiguar que pasó, dado que la habían quitado la totalidad de la oreja derecha y estaban pasando tantas cosas”, recordó el escolta en una charla para NY Post.
“Atravesar ese problema fue muy difícil para mi familia, por eso que no quería que los medios simplemente fueran al hospital y trataran de ponerles las cámaras en la cara. Necesitaba que la dejaran sola, porque ya sabes, tendrá cicatrices de por vida y mi intención era que tuviera toda la paz posible, sin ningún medio periodístico alrededor”, agregó.
La situación terminó con la dura decisión de tener que deshacerse de su mascota: “Tuve que poner a dormir al perro. Lo amaba, pero no podía aceptar tenerlo de vuelta después de lo sucedido”.
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