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Era cuestión de tiempo, era un número puesto su llegada a la NBA, su talento descomunal hablaba por sí solo en cada jugada. Josh Giddey no necesitó romperla en la NCAA para que lo vieran, sin embargo nunca estuvo fuera del radar de los Estados Unidos, dado que ellos son adelantados en la materia y en Australia saben que tienen una fuente de recursos para explotar y así lo hacen.

Hijo de un papá basquetbolista, Warrick Giddey, Josh nació casi que con una pelota de básquet en la mano, aunque en su infancia y principios de adolescencia esto no era lo primordial para él. Divertirse, disfrutar de los amigos y hasta intentar ganar dinero con “changas” como cortar el pasto, estaban entre sus cuestiones primordiales. Con el paso del tiempo esto fue mutando y su afición hacía al básquet cobró más y más preponderancia, sobre todo por la ayuda que le brindaba su padre y Andrew Gaze, el anotador serial muy reconocido en el mundo FIBA y en Australia obviamente.

A la edad de 16 años fue elegido para integrar un seleccionado australiano U18, para disputar un certamen en Catalunya, más precisamente en L’Hospitalet. Esas competencias son ideales para que los jóvenes demuestren sus talentos a ojos de cazatalentos de Europa y Estados Unidos. Josh deslumbró a todos en aquel mini torneo español y fue el MVP del mismo, afianzando su nombre entre los de mayor proyección.

La NBA con Australia tiene un convenio especial con academias y también con equipos de la Liga Profesional para desarrollar talentos que no necesariamente pasan por el básquet colegial de Estados Unidos. Como parte del programa Next Stars de la NBL y con mucha mirada de la NBA para el seguimiento, Josh Giddey firmó con los Adelaide 36ers.

Ni bien se convirtió en profesional no tardó mucho en firmar su primer triple doble, algo que al parecer le sale muy natural. Con 17 años anotó 12 puntos, bajó 10 rebotes y dio 10 asistencias ante los New Zeland Breakers convirtiéndose en el jugador más joven en lograrlo. Luego batiría el registro de hacerlo dos veces, tal cual le está pasando en la NBA y a partir de todos estos antecedentes que su lugar en el draft del 2021 era una confirmación absoluta.

Sam Presti, el GM del Thunder, le clavó el ojo fiel a su estilo de no fallar mucho con su picks y se lo llevó con el número seis y como si fuera un jugador de varias temporadas, su tranquilidad y aplomo asombran a todos en la NBA. El 2 de enero de 2022 con 19 años y 84 días se convirtió en el jugador más joven de toda la historia de la liga en alcanzar un triple doble, destronando a LaMelo Ball, quien lo había logrado la temporada pasada.

Antes del fin de semana estelar, sumó dos triples decenas consecutivas ante Knicks y Spurs, siendo el primero en conseguirlo a su edad y además con su característica de base y buen pasador superó a Luka Doncic y a LeBron James en cantidad de partidos de diez asistencias siendo rookie, sumando al momento ocho, solamente por detrás de Stephon Marbury con 18.

Consiguió muchos números en apenas media temporada en un equipo que sigue en reconstrucción, pero su misión no va por ahí, sino por crecer y conseguir elevar el nivel del equipo. Su juego apunta a lo grupal, a lo colectivo, su altruismo se deja ver en cada jugada y sin egoísmos siempre pondrá por delante al equipo.

Josh Giddey, el talento que hace de lo simple un espectáculo digno de admirar.

Mauro Osores / [email protected]
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