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Las imágenes de Pozzecco poseído tras el triunfo de su seleccionado italiano ante Serbia fueron virales y tuvieron reacciones de diferente tipo en cuanto al público. Algunos lo tildaron de ridículo, otros de pasional, otros de un “loco lindo”, etcétera, pero la cuestión es que como entrenador principal no se privó ni un segundo de festejar y de exteriorizar todo la alegría que pasaba por su cuerpo al eliminar a uno de los candidatos.

Fue fuerte ver como no entraba en sí, para quedarse afuera, puesto que había sido expulsado y como por momentos parecía pelearse con sus asistentes por querer celebrar. Su idea era esa, festejar y terminó haciéndolo con todo sus dirigidos subido a un banco y dando un abrazo enorme a sus doce jugadores, aquellos que consumaron una sorpresa grande en el Eurobasket.

Pero su estilo siempre fue igual, ahora de entrenador, pero antes de jugador era exactamente lo mismo. Histriónico, talentoso, creativo, calentón y lo más importante, sin miedo a nada. Brilló en el baloncesto italiano con el Varese, entre otros equipos y tuvo la dicha de por ejemplo medirse ante los Spurs en un Open Mc Donalds causando la impresión de Tim Duncan, nada más y nada menos.

Unas buenas actuaciones en ese torneo de 1999 y un buen pasar en el baloncesto italiano le dieron la posibilidad de meter unas pruebas en la NBA. Una fue en Chicago en el 2001 y coincidió con Michael Jordan, quien se estaba preparando para volver a la acción con los Wizards y ahí fue que Pozzecco le quitó un balón y fiel a su estilo no se quedó callado.

“Habia unos 25 jugadores negros y luego yo, pequeño y blanquito. Michael dijo ‘¿Quién diablos es este tipo? Entonces hacemos cinco contra cinco y en un pase malo que le dieron a Jordan, el intenta retornar el balón al campo y yo lo anticipo para quedármelo y cuenta la leyenda que le dije ‘Michael, pensé que eras un poco más fuerte’”, relató Pozzecco con muchas risas de por medio y esa particular personalidad para tener cero tapujos para la vergüenza.

Auténtico, extrovertido  y muy pasional, las tres principales características de Gianmarco Pozzecco, el líder que tiene Italia desde la banca, en una selección que se anima contra todos y que habiendo mamado la idiosincrasia de su entrenador, será un rival duro para cualquiera y lo más importante es que no tendrán miedo a nada.