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La derrota dolorosa ante los Nuggets de Facundo Campazzo en la temporada pasada parecía cerrar el ciclo de Damian Lillard en los Blazers. La salida del entrenador Terry Stotts y lo poco que consiguieron en la agencia libre daba a entender que Dame tenía los días contados en Oregón, no por la franquicia, si no por el mismo y unirse a un equipo con reales aspiraciones, sin cargar con todo el peso de llevar a unos Blazers bien lejos, siendo eso un verdadero batacazo.

Shaquille O’Neal en su rol de panelista y analista de la NBA expresó públicamente: “Todos están uniendo fuerzas y allí radica la difícil decisión de Lillard para ir por un anillo. ‘¿Debería acudir a un contendiente si quiere aumentar sus posibilidades de ganar un campeonato?’ Diría que tendría que hacer eso, realmente no me gustan los equipos de los chicos estelares que se unen, pero así es hoy en día”.  A pesar de este consejo, el pivote también ponderó y mucho la mentalidad del armador: “Es un chico con la mentalidad de la vieja escuela en la nueva escuela. Un tipo de antes diría ‘no me uniré a ti, te voy a ganar’, pero hoy en día la frase pareciera ser ‘oye, hagamos equipo para hacerlo más fácil’”.

Pese a todo esto, Damian echó por tierra todos los rumores y sin hablar a la prensa públicamente posteó una foto en su cuenta de Instagram y avisó: “Estoy de vuelta en mi ciudad y voy por más”.

 

 

 

 

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El amor de Lillard con Portland ya es eterno y por más que el día de mañana se vaya a otra franquicia, no hay dudas de que los Blazers lo marcaron a fuego y que el número 0 estará colgado en el techo del estadio como una muestra de amor a un ídolo que la peleó siempre corriendo de atrás y dejó todo por el sueño del anillo en Rip City.