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La historia no miente y los números son contundentes: cuando una serie de Finales de la NBA está igualada 1-1, el que gana el tercer partido termina consagrándose campeón en el 80,5% de los casos. Indiana lo sabe y lo aprovechó. Con un sólido 116-107 ante Oklahoma City, los Pacers se adueñaron del Juego 3 en casa, tomaron la delantera en la serie y encendieron las alarmas del lado del Thunder, que ahora tiene apenas un 19,5% de probabilidades —según el historial— de revertir este panorama.

La actuación de Tyrese Haliburton fue tan estadísticamente eficiente como decisiva: rozó el triple-doble y lideró a un equipo que también encontró soluciones en una banca encendida. Pero más allá del rendimiento individual, lo que aterra a Oklahoma es la matemática pura. En 41 Finales con empate 1-1, solo en 8 ocasiones el que perdió el tercer juego logró recuperarse y levantar el trofeo. Y eso sin contar el dato aún más oscuro: de las 298 series de playoffs que llegaron a un 3-1, solo 13 equipos lograron remontar. Eso da un escueto 4,4%.

Sin embargo, no todo está perdido para los de Mark Daigneault. El Thunder ya sabe lo que es salir del pozo: en las semifinales del Oeste dieron vuelta un 1-2 ante Denver. Y en los últimos 10 años, tres campeones (Warriors 2015, Raptors 2019 y Bucks 2021) lo lograron tras atravesar dos series con desventaja de 2-1. Claro, ninguno enfrentó a un equipo que, con el viento de la historia a favor, sueña en grande como Indiana.