Un triunfo histórico

A 50 años del día más glorioso de Bahía: cuando venció al campeón del mundo, Yugoslavia

09:20 04/07/2021 | En el marco de la inauguración del estadio de Olimpo, el seleccionado de Bahía Blanca recibió al elenco yugoslavo que un año antes se había consagrado campeón mundial en Eslovenia.

Bahía Blanca tiene gestas históricas en su haber y bien ganado tiene el mote de la “capital del básquet”, porque no solo cuenta con el hecho de haber sacado a quizás el mejor jugador de todos los tiempos como lo es Emanuel Ginóbili, sino que además tiene una extensa historia que se llenó de gloria cuando el básquet no era tan masivo a lo largo y ancho del país.

 

El acontecimiento data de que el 3 de julio de 1971, el legendario club Olimpo de la ciudad inauguraba su estadio al cual había bautizado Norberto Tomás, en memoria a un jugador de la institución que había muerto de un paro cardíaco durante un partido en Córdoba.

 

Al motivo del homenaje al jugador de la ciudad, el estreno del nuevo gimnasio se le agregó un condimento más para que sea épico ese evento y fue nada más y nada menos que la visita del campeón del mundo vigente, Yugoslavia.

 

Los balcánicos llegaron a Bahía con buena parte de su artillería que fue campeón del mundo un año antes en Ljubljana, Esolvenia. El entrenador Ranko Zeravica, traía a cuatro sobrevivientes de esa conquista como Dragutin Cermark, Vinko Jelovac, Dragan Kapicic y Nikola Plecas.

 

“Nos habíamos propuesto y prometido públicamente presentar al campeón del mundo en instalaciones propias y acordes a la jerarquía del visitante”, había expresado Mario Macagno, por entonces presidente aurinegro.

 

En una ciudad que respira básquet como Bahia Blanca, la expectativa por ver a su seleccionado, no el argentino, sino a sus coterráneos defiendo los colores de Bahía ante Yugoslavia, era como la final del mundo para el público local. El estadio estaba habilitado para 3500 personas y se esperaba un lleno total.

 

Por si fuera poco, para darle un tono más de emoción a la cuestión, Atilio Fruet una de las figuras locales no iba a ser de la partida por una infección en su mano por lo que significaba una baja importante. El que sí iba a estar presente era Beto Cabrera, quien no estaba en la ciudad por haber jugado días previos un amistoso en Córdoba, pero de ninguna manera se iba a perder el duelo del año.

 

“Es un equipo con mucho poderío y no hay lugar para falsos optimismo. Sin embargo conociendo a los nuestros, capaz en una de esas los europeos se llevan un susto”, vaticinaba el entrenador Bill Américo Brusa.

 

Yugoslavia llegó a la Argentina procedente de Brasil donde unos días antes había disputado un pentagonal de selecciones en tierras brasileñas y las noticias que venían desde allá era que el combinado balcánico fue bautizado como “aplanadora” por lo que hizo en dicho torneo.

 

La corpulencia física de los yugoslavos era imponente en la entrada en calor, pocos pronosticaban una victoria local, pero interiormente sabían que de local Bahía era fuerte y que se iba a animar a buscar la hazaña. El plan de juego de los de Brusa fue jugar las posesiones al filo de los 30 segundos y una defensa agresiva para hacerle sentir el rigor al oponente y que sepan que eran visitantes en ese encuentro.

 

Bahía jugó su partido tal cual lo había pensado, con mucha agresividad defensiva y a raiz de eso se fue en ventaja al entretiempo 34-32, ante una Yugoslavia que parecía sorprendida por el desempeño del local.

 

Una vez visto el trámite del primer tiempo, los yugoslavos tomaron nota y comenzaron a jugar con más ímpetu de la mano de Kapicic, el goleador del combinado europeo con 24 puntos. Sin embargo, los bahienses no se amedrentaron y tras una interrupción en el juego por una rotura de red, retomaron el mando del resultado con las ilusiones a flor de piel de conseguir una victoria.

 

Monachesi (18), Cabrera (18) y De Lizaso (15) fueron las baluartes de la épica, Bahía Blanca vencía al campeón del mundo en su ciudad y las 3500 personas que asistieron a la inauguración del Norberto Tomás fueron testigos de una historia viviente que se contará año a tras año.

 

Hace 50 años Bahía se vestía de fiesta para la ocasión, hace 50 años el básquet bahiense ponía el puño el alto y gritaba desde cada rincón de la ciudad un triunfo que ya es leyenda nacional.

Fuente: 
Asociación Bahiense Básquetbol - Juan Carlos Meschini

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